El reconocido cineasta Costa-Gavras, a punto de cumplir 92 años, utiliza el cine como herramienta para abordar temas profundos como la muerte y la dignidad en los últimos momentos de la vida. Ayer, en el Festival de San Sebastián, el director competía por la Concha de Oro con su última obra, «El último suspiro». Esta película no solo representa un acto significativo de compromiso artístico, sino que también se erige como un manifiesto sobre el derecho a una muerte digna, un tema que Costa-Gavras siente que debe seguir explorando en su carrera.

La trama se centra en un diálogo filosófico entre un escritor de éxito, Fabrice Toussaint (interpretado por Denis Podalydès), y el doctor Augustin Masset, un especialista en cuidados paliativos que ha sido testigo de las historias desgarradoras de pacientes que solo desean elegir el final de sus vidas. Las interpretaciones de actrices como Charlotte Rampling y Ángela Molina aportan una profundidad emocional y sobrecogedora a este trabajo cinematográfico, que hace eco al mundo contemporáneo en su mensaje.

Durante su entrevista con nosotros, Costa-Gavras reflexiona sobre el edadismo en nuestras sociedades e indica cómo los mayores están siendo marginados. "Antes, la jubilación llegaba a los 60 o 65 años, y ahora muchos viven hasta los 100, lo que plantea un reto social y económico. Nos enfrentamos a un dilema, pues estos individuos, a veces considerados ineptos, pueden aportar mucho si se les permite compartir su experiencia y sabiduría", señala con preocupación.

El director también reconoce que, a pesar de los esfuerzos por intelectualizar la muerte, la aceptación del fin es siempre acompañada por un natural miedo. "Es importante mantener vínculos con los seres queridos, pues al final, son ellos quienes quedarán. El recuerdo debe estar más relacionado con la nostalgia y el amor que con el miedo", afirma.

Costa-Gavras concluye la conversación compartiendo su visión del futuro, que para él implica luchar por la elección de cómo despedirse de este mundo. "En la película, se menciona que la muerte es como una semilla que florecerá, y eso es algo por lo que debemos luchar", comenta con profunda reflexión.

Además, el Festival presenta otras obras notables, como «El llanto» de Pedro Martín-Calero, que explora la violencia histórica hacia las mujeres. Esta película, que también compite en la Sección Oficial, aborda de manera impactante temas como los feminicidios, mostrando la herencia de dolores transmitida de generación en generación, particularmente a través de la voz de su talentosa guionista, Isabel Peña.

Ambos directores, tanto Costa-Gavras como Martín-Calero, nos hacen cuestionar cómo percibimos la vida y la muerte, recordándonos que el arte, especialmente el cine, sigue siendo una poderosa herramienta para fomentar el diálogo sobre estas cuestiones fundamentales en la sociedad.