Antony Blinken llega a Jordania como parte de su gira por Oriente Medio para abordar la crisis en Siria.

Este jueves, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aterrizó en la ciudad jordana de Aqaba. Este es el inicio de una gira que también lo llevará a Turquía y que tiene como objetivo discutir las tensiones actuales en la región, con especial énfasis en la situación en Siria, Líbano y Gaza.

Blinken ya se ha reunido con el rey jordano, Abdalá II, y el ministro de Asuntos Exteriores y primer ministro, Ayman Safadi, para expresar el apoyo de EE.UU. a una transición política inclusiva hacia un gobierno que represente a todos los sirios. Este apoyo surge tras la reciente caída de Bashar al Asad, un acontecimiento que Washington considera una victoria sobre la influencia de Iran y Rusia en la región.

Las preocupaciones sobre el futuro de Siria son grandes. EE.UU. teme que la lucha interna entre facciones rebeldes pueda llevar a una fragmentación del país o permitir el resurgimiento del Estado Islámico, que en 2014 fue capaz de tomar vastas extensiones de territorio en Siria e Irak. Además, la administración estadounidense ha subrayado la importancia de garantizar los derechos de las minorías y asegurar que los arsenales de armas químicas sean destruidos de manera segura.

En el contexto de Gaza, Blinken también instó a un alto el fuego inmediato y la liberación de rehenes, la situación humanitaria en Gaza es crítica tras semanas de enfrentamientos que han dejado miles de muertos.

Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela. En Siria, el activista Mazen el Hamada fue enterrado en un funeral multitudinario, simbolizando la lucha contra la brutalidad del régimen de al Asad. Su historia es un recordatorio del costo humano de años de conflicto, pues había sido detenido en 2020 por fuerzas gubernamentales y su cadáver fue encontrado recientemente.

En los últimos días, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó que las fuerzas israelíes han avanzando en el área de Los Altos del Golán, lo que ha causado desalojo y temor entre la población civil. Las tensiones entre diferentes actores de poder en Siria continúan aumentando, con denuncias de ataques israelíes que han dejado numerosas víctimas.

Al mismo tiempo, la ONU ha reconocido la existencia de zonas minadas en Siria, lo que representa un riesgo significativo para los migrantes internos que intentan trasladarse. Estos campos de minas han complicando la entrega de ayuda humanitaria en diversas áreas afectadas por el conflicto.

Los kurdos también se han pronunciado, asegurando que no aceptarán un gobierno en Siria que no incluya su participación. La ministra de Exteriores de la Administración Autónoma del Noreste de Siria ha declarado que es crucial que los kurdos sean parte del proceso de transición política para asegurar una representación adecuada de todas las comunidades en Siria.

Por último, la comunidad internacional se mantiene alerta, y aunque EE.UU. ha reforzado su compromiso con la transición en Siria, el camino hacia la paz y la estabilidad parece aún lejano.