El 28 de febrero de 1987, la revista británica New Musical Express sorprendió al mundo con la portada del joven cantante Terence Trent D’Arby, apodado como 'el nuevo príncipe del pop'. Era un desconocido en ese momento y solo había lanzado su primer sencillo, 'If You Let Me Stay'. Sin embargo, su primer álbum, 'Introducing The Hardline According To Terence Trent D’Arby', deslumbró a todos al vender un millón de copias en sus primeros tres días y mantenerse en el número 1 en el Reino Unido durante nueve semanas consecutivas. El álbum logró vender ocho millones de copias a nivel mundial, le valió un Grammy y un reconocimiento unánime de la crítica. De hecho, muchos coinciden en que tenía un talento excepcional que lo colocaba al nivel de Prince.

JuanP Holguera, crítico musical de Rockdelux, sostiene que era el mejor artista debutante de la segunda mitad de los años ochenta. “Su voz era poderosa, y además era un músico integral; componía, arreglaba y tocaba varios instrumentos con maestría. Aunque Prince era un genio, Terence era su igual y cantaba mejor.”

El pasado de D'Arby es tan fascinante como su carrera musical. Nació en Nueva York en 1962 como Terence Trent Howard. Hijo de una madre cantante de gospel, creció en un entorno religioso estricto que le resultaba asfixiante. “Odio todo ese rollo religioso. Cuando era pequeño, escuchaba música a escondidas como una forma de rebelión”, reveló en una entrevista. Su familia se mudó a Florida, donde se inclinó hacia el boxeo, incluso ganó un campeonato estatal a los 17 años, pero su amor por la música lo llevó a formar parte de una banda local llamada The Touch.

La historia de su ascenso parece de ensueño, pero su caída es igualmente dramática. Tras el lanzamiento de su segundo álbum, 'Neither Fish Nor Flesh', en 1989, las expectativas se desmoronaron. Esperado con ansias, el álbum fue un fracaso comercial y crítico, vendiendo solo 100,000 copias. Este revés le afectó profundamente; a los 27 años, sintió que había caído al inframundo de la música, comparándose con leyendas como Jim Morrison y Jimi Hendrix. Sin embargo, su resiliencia lo llevó a lanzar un tercer álbum, 'Symphony Or Damn', que le otorgó un breve renacimiento gracias a sencillos como 'Delicate'.

No obstante, la historia de su transformación es asombrosamente intrigante. En 2001, Terence Trent D'Arby anunció su renacimiento como Sananda Maitreya. Esta reinvención no fue simplemente un cambio de nombre; él describió su cambio como un proceso espiritual donde vio su propio sufrimiento y buscó una nueva identidad. Según sus palabras, “Sananda nació de las cenizas de un artista que había sufrido”. Desde entonces, ha publicado una serie de álbumes conceptuales, aunque raramente han recibido la atención que merecen.

Holguera opina que, a pesar del cambio radical en su carrera, la música de Sananda Maitreya es digna de reconocimiento. “Los trabajos que ha lanzado son valiosos e incluso esenciales, a pesar de su escasa difusión”. Martyn Ware, su productor original, continúa sosteniendo que su voz ha evolucionado y mejorado con el tiempo. Aunque él dejó atrás la industria musical, puede que esa fue la clave para que Maitreya encontrara la felicidad, lejos de las presiones del estrellato.

En una última reflexión, Maitreya se ha mantenido firme en su visión de artista, desafiando las convenciones de la industria. Cuando se le pregunta si extraña su tiempo en la cima, responde provocadoramente: “¿Echo de menos el lugar donde enfrenté la muerte? Eso no es lo que quiero”. Al final, a través de su reinvención, ha logrado sobrevivir y prevalecer en un mundo donde muchos artistas no pudieron.

A pesar de su caída, Terence Trent D'Arby/Sananda Maitreya ha seguido creando música innovadora y ha mantenido una base de fans leales. Su impacto en la música pop y R&B sigue siendo palpable, y su historia es una referencia fascinante para muchos artistas actuales que luchan contra las adversidades en la industria.