Recientemente, el candidato republicano Donald Trump hizo declaraciones sobre su percepción del cargo de presidente de la Reserva Federal, diciendo: “Es el mejor trabajo del Gobierno. Te presentas en la oficina una vez al mes y dices: ‘Vamos a lanzar una moneda’. Y todo el mundo habla de ti como si fueras un Dios.” Este comentario ha encendido luces de alarma, generando temores sobre la posible erosión de la independencia del banco central si Trump es elegido.

Sin embargo, la independencia de la Reserva Federal está protegida por la ley, y aunque un presidente influye, no puede eliminarla. La mayoría de los legisladores, tanto republicanos como demócratas, reconocen la importancia de esta autonomía. El actual presidente, Jerome Powell, nombrado por Trump en 2018 y renovado por Biden, permanecerá en su cargo hasta mayo de 2026, lo que limita la influencia inmediata de cualquier nuevo presidente.

Trump ha insinuado que sería apropiado que un presidente diera instrucciones al responsable del banco central sobre la dirección de los tipos de interés. Esto ha generado preocupación, ya que el mercado financiero prevé que tras la reunión de la Fed programada para el 6 y 7 de noviembre, podría haber una reducción adicional en las tasas de interés en respuesta a la situación económica y política.

Mientras tanto, las expectativas de los mercados apuntan a que, independientemente del resultado electoral, las tasas de interés podrían seguir bajando para estimular una economía que enfrenta desafíos inflacionarios. Según Greg Maier de Allianz Global Investors, un posible cambio en la política monetaria podría afectar más a los tipos a corto plazo que a los de largo plazo, lo que también influiría en el valor del dólar.

Por otra parte, la posibilidad de que Trump implemente aranceles generalizados podría fortalecer el dólar en el corto plazo, ya que crearían ajustes en los términos de intercambio. Los analistas anticipan que si Trump gana, el dólar se apreciará. En cambio, si la vice-presidenta Kamala Harris se hace con la victoria, los cambios en el dólar podrían ser mínimos, aunque se espera una ligera disminución de su valor.

En el ámbito bursátil, los análisis de Goldman Sachs sugieren que los mercados de acciones podrían beneficiarse de perspectivas sólidas de beneficios empresariales, sin importar quién gane las elecciones. Sin embargo, el desenlace electoral podría provocar rotaciones dentro de la bolsa, favoreciendo a diferentes sectores dependiendo del ganador.

Por ejemplo, las empresas del sector energético y bancario podrían beneficiarse con Trump, mientras que las energías renovables y las infraestructuras verían un impulso con Harris. La incertidumbre política y geopolítica, además de la inestabilidad económica, están llevando a muchos inversores hacia activos más seguros como el oro, que se considera una inversión refugio en tiempos de turbulencia, resaltando su importancia en cualquiera de los escenarios futuros.

Así que, mientras los americanos se preparan para las elecciones, el resultado no solo definirá quién liderará el país, sino que también tendrá implicaciones significativas para la economía global, afectando desde los tipos de interés hasta el valor del oro, el dólar y las bolsas.