Salud

Ciencia y cosmética: entre la publicidad engañosa y la realidad

2024-09-19

Introducción

Los mamíferos, incluyendo a los humanos, poseen un sistema tegumentario único conocido como piel. Este órgano, extensivo y extremadamente importante, actúa como una barrera que protege nuestro organismo del ambiente externo, asegurando la integridad de nuestros sistemas internos.

Funciones de la piel

La piel no solo es una barrera física, sino que también desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico, ofreciendo información esencial sobre el entorno. Alberga receptores sensoriales que nos permiten percibir el tacto, la presión, el dolor y la temperatura. Además, tiene funciones vitales como la excreción de toxinas a través del sudor, la síntesis de vitamina D, la termorregulación y la prevención de la deshidratación. Sin duda, la piel es un órgano fascinante.

Vulnerabilidad de la piel humana

Sin embargo, la piel humana es notablemente vulnerable. A diferencia de otros animales que cuentan con estructuras protectoras, como el exoesqueleto de los artrópodos o las conchas de los moluscos, nuestra epidermis es blanda y fácilmente afectada por factores externos. Esta vulnerabilidad es evidente en los Homo sapiens, quienes han perdido, además, la densa capa de pelo que otros mamíferos poseen, lo que nos deja en una situación de mayor desprotección.

La búsqueda de la belleza

Desde tiempos remotos, todas las culturas han buscado soluciones para cuidar la piel, y se han encontrado restos de ungüentos y bálsamos en diversas civilizaciones. Este impulso por embellecer la piel no solo está relacionado con la salud; también juega un papel importante en la percepción del atractivo sexual. En un mundo donde no poseemos pelajes vistosos o cambios de color dramáticos, una piel sana y sedosa puede ser una arma poderosa en temas de seducción.

La industria cosmética

Este dilema ha sido capitalizado por la industria cosmética, que ha convertido el cuidado de la piel en un negocio multimillonario. Desde lápices de labios hasta cremas antiarrugas, los cosméticos son presentados como soluciones milagrosas en el cuidado personal.

Promesas engañosas

Sin embargo, este enfoque comercial a menudo se basa en promesas engañosas. La inversión en investigación y desarrollo en la industria de la cosmética es considerable, pero la calidad y la veracidad de la publicidad dejan mucho que desear. Muchos productos prometen resultados que en realidad son imposibles de cumplir.

El caso del colágeno

Por ejemplo, hablemos de las cremas con colágeno. Esta proteína es fundamental para la elasticidad de la piel, pero su tamaño molecular es tan grande que no puede ser absorbida por la epidermis. Así que, aunque nos apliquemos estas cremas, no estamos proporcionando colágeno real a nuestra piel. En muchos casos, el colágeno que se utiliza proviene de fuentes no humanas, lo que puede causar reacciones alérgicas, especialmente en personas con piel sensible.

Cremas con ADN

Otro caso escandaloso es el de las cremas que contienen „gen-ADN“. La idea de que los genes pueden ser aplicados a la piel es completamente absurda, ya que los genes no se adhieren a las células de esta manera. La edición genética es un proceso complejo que ni siquiera puede ser realizado mediante la aplicación tópica de un producto.

Células madre en cosmética

También encontramos cremas que presumen de incluir „células madre“. Sin embargo, las células madre solo son efectivas cuando están en un entorno específico que les permite vivir y funcionar. En una crema, estas células mueren, y la idea de que puedan regenerar la piel es completamente infundada. Tal vez esto suene divertido, pero el engaño que representa es serio y perjudica el entendimiento del público sobre la ciencia.

Conclusión

Por lo tanto, a pesar del atractivo de los productos cosméticos, es esencial que los consumidores sean críticos y exigentes. La belleza no debe ser solo superficial; debe basarse en la salud y el bienestar, lo que implica entender que no todo lo que brilla es oro, especialmente en el mundo de la cosmética.