Carlos Guijarro, médico internista en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón y profesor titular en la Universidad Rey Juan Carlos, preside la Sociedad Española Arteriosclerosis en un momento decisivo para la salud cardiovascular. Su voz es un referente importante en la concienciación sobre la dislipemia y la urgencia de un enfoque coordinado en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares (ECV), que siguen siendo la principal causa de muerte a nivel mundial.

A pesar de los avances médicos, ¿por qué seguimos fallando en la lucha contra las ECV?

"Estamos enfrentando un problema de salud global con múltiples factores. La falta de actividad física y el aumento de la obesidad son solo algunos de los problemas, además de la insuficiente intensidad en la implementación de los tratamientos disponibles. También es alarmante que muchos pacientes abandonen su tratamiento por el temor a efectos secundarios que, aunque existen, son menores en comparación con los beneficios a largo plazo", explica Guijarro.

En 2022, se formuló la Estrategia de Salud Cardiovascular a través de la colaboración entre el Ministerio de Sanidad, las comunidades autónomas, y diversos profesionales de la salud. Sin embargo, Guijarro menciona que la efectividad de esta estrategia no se ha materializado aún en todos los objetivos deseados, destacando la falta de comunicación efectiva en los distintos niveles de atención médica.

La reciente iniciativa Pulso Vital

presentó un informe en el Congreso de los Diputados, instando a la implementación de protocolos compartidos en la atención a las ECV. Guijarro resalta que esta colaboración entre la sociedad civil y los profesionales de la salud es crucial para lograr cambios significativos en la atención a estas enfermedades.

¿Qué es lo más urgente según los expertos?

"La creación de protocolos de acción homogéneos en todas las comunidades es prioritario. Además, necesitamos una mejor gestión de la información sanitaria para que los pacientes, sin importar su región, tengan acceso a indicadores comunes y atención coordinada. Actualmente, existen deficiencias serias en el control de factores de riesgo cardiovascular", añade.

Recientemente, se han obtenido avances atractivos en el tratamiento de pacientes con alto riesgo vascular gracias a nuevos fármacos. Guijarro menciona que, por primera vez, se dispone de tratamientos específicos para la hipertrigliceridemia y pacientes intolerantes a estatinas, así como un nuevo fármaco que recicla eficazmente el receptor del colesterol LDL en el hígado, lo que promete un control sostenido del colesterol LDL.

La situación para pacientes con eventos cardiovasculares previos

La situación se complica para aquellos que ya han sufrido un evento cardiovascular. Guijarro enfatiza la importancia de que el tratamiento post-evento sea intensivo y de que exista una comunicación sólida entre especialistas y atención primaria para evitar que más pacientes abandonen sus tratamientos.

Mejoras en los protocolos de seguimiento

Los protocolos de seguimiento también necesitan mejoras. "La rehabilitación cardiaca y la creación de unidades de riesgo vascular pueden marcar una diferencia crucial. Es esencial establecer líneas de comunicación rápidas entre atención primaria y hospitales, especialmente en un escenario donde la falta de médicos de familia limita el seguimiento adecuado de estos pacientes crónicos", subraya.

Equidad en el acceso a tratamientos

En cuanto a la equidad en el acceso a tratamientos, el doctor indica que hay una gran disparidad en el control de factores de riesgo cardiovascular entre diferentes comunidades autónomas, lo que es completamente inaceptable. Es vital abordar la discriminación y asegurar que todos los pacientes tengan acceso a los tratamientos necesarios sin importar su ubicación.

"Restringir el acceso a tratamientos preventivos no solo es injusto, sino que a menudo resulta en complicaciones más graves y costosas. Necesitamos un enfoque integral y proactivo en la prevención de ECV para reducir el riesgo de manera efectiva", concluye Guijarro.

La importancia de las revisiones anuales

Finalmente, él subraya la importancia de realizar revisiones anuales para detectar a tiempo posibles patologías. Aunque la implementación de pruebas para detectar lesiones vasculares subclínicas en la población general puede ser complicada, establecer programas de evaluación de riesgo cardiovascular a partir de los 40 años es crucial, especialmente para aquellos con factores de riesgo. "Esta estrategia requiere una valoración completa y acciones preventivas sólidas para reducir el riesgo a medio y largo plazo."

Al final, la clave está en actuar con decisión ahora, antes de que sea demasiado tarde. ¡La salud cardiovascular de todos depende de ello!