Carles Ibáñez, El Gurú de la Resiliencia Climática: "¡Es Hora de Actuar o Perder Innumerables Vidas!"
2024-11-02
Autor: Carmen
Introducción
La devastación ocasionada por las recientes lluvias torrenciales en Valencia, que han resultado en más de 200 fallecimientos, ha subrayado la apremiante necesidad de implementar medidas de adaptación al cambio climático. Carles Ibáñez, director científico del Centro en Resiliencia Climática (CRC), sostiene que la reconstrucción de esta región ofrecerá una valiosa oportunidad para introducir nuevas estrategias que eviten la repetición de esta tragedia.
La negligencia en la planificación urbana
Según Ibáñez, durante décadas, las autoridades han ignorado el comportamiento del agua en la planificación urbana, creando las condiciones propicias para el desastre. "Es fundamental despejar las áreas de paso del agua, construir infraestructuras resilientes y establecer zonas de aliviadero que se activen en emergencias", propone. La voz de los expertos debe ser prioritaria en la toma de decisiones, ya que el futuro de todos está en juego.
Desplazamientos temporales y refugiados climáticos
Con el intenso nivel de destrucción, la necesidad de realojar a muchas personas es evidente. La reflexión surge: ¿Estamos viendo los primeros refugiados climáticos en España? Ibáñez aclara que, en este contexto, se trataría más bien de desplazamientos temporales, pero que subraya la inminente crisis climática que enfrentamos.
Medidas estructurales para el futuro
Al hablar de las medidas estructurales necesarias para proteger a los habitantes en el futuro, Ibáñez afirma que es esencial aprender de la catástrofe. "Debemos analizar detalladamente las áreas afectadas y tomar decisiones sobre la reconstrucción que permitan al agua fluir sin causar estragos. Inspirándonos en ejemplos globales, como en Misisipí, donde diseñan zonas específicas para desviar el agua, podemos mitigar riesgos", enfatiza.
Vulnerabilidad de las áreas urbanas
Las áreas urbanas están extremadamente vulnerables a este tipo de fenómenos, ya que el asfalto impide la absorción del agua y agrava los problemas de inundación. Pero el desafío no solo radica en las ciudades; incluso en la agricultura, se puede transformar la gestión del suelo para mejorar la infiltración del agua a través de técnicas de agricultura regenerativa.
La educación y comunicación de alertas
“A veces, el desconocimiento histórico lleva a la población a subestimar el riesgo de inundaciones, incluso en áreas donde no está lloviendo”, advierte Ibáñez. La educación y la correcta comunicación de alertas son esenciales para que los ciudadanos tomen en serio las recomendaciones de las autoridades.
Cambio en la filosofía de planificación urbana
En cuanto a la planificación urbana, Ibáñez sostiene que debemos cambiar la filosofía de construcción para incorporar soluciones más sostenibles y resilientes. "Las infraestructuras deben ser rediseñadas para resistir el impacto de las inundaciones. Para ello, es fundamental priorizar inversiones que resulten efectivas y rentables".
La necesidad de una reestructuración amplia
No obstante, no todo se reduce a la gestión de infraestructuras. Ibáñez considera que “la tendencia de ignorar el cambio climático hasta el momento debe ceder paso a una reestructuración que no solo se enfoque en las ciudades, sino también en el entorno rural y los ecosistemas costeros.”
Refugios en áreas altas como parte de la solución
El dilema de la gestión de elementos como los refugios en áreas altos perfectamente equipados podría ser parte de la solución, siempre, claro, que se tomen las decisiones adecuadas desde el principio. "La tragedia reciente es un recordatorio brutal de que el cambio climático es un tema serio que no puede ser ignorado. Si no tomamos medidas drásticas ahora, nos enfrentaremos a una serie de desastres que serán aún más devastadores en el futuro".
Conclusión
La comunidad científica advierte de que esta catástrofe es solo un adelanto de lo que está por venir, y que la acción colectiva es más urgente que nunca. ¡No esperemos a que sea demasiado tarde!