El sector de la automoción se encuentra en una situación crítica y podría empeorar si Donald Trump lleva a cabo sus promesas proteccionistas tras su victoria electoral. La transición hacia vehículos eléctricos se enfrenta a múltiples desafíos, incluyendo regulaciones estrictas y la llegada masiva de vehículos chinos, que ya poseen más del 5% del mercado en la comunidad gallega. Esta competencia desleal ha llevado a los fabricantes a retrasar sus planes y congelar inversiones, afectando directamente a las plantas de grandes nombres como Stellantis y Volkswagen, que contempla el cierre de tres fábricas en Alemania y el despido de decenas de miles de empleados.

Los grandes suministradores de la industria automotriz, ante esta tormenta perfecta, también están sintiendo el golpe. Ayer, Michelin y Schaeffler anunciaron una reducción de más de 8,000 empleos, en un contexto donde Bosch, Continental, Forvia y ZF también planifican despidos, sumando así casi 45,000 puestos de trabajo en riesgo.

Las matriculaciones de coches cero emisiones están lejos de alcanzar las expectativas y la sobrecapacidad en las plantas europeas no ayuda a mitigar la crisis. Stellantis, por ejemplo, ha reducido su producción en varias fábricas, lo que ha llevado a que su CEO, Wayne Griffiths, advirtiera sobre el 'grave riesgo' que esto representa para el empleo si las cifras de matriculación no mejoran.

En el marco de esta situación, Michelin ha decidido cerrar dos plantas en Francia y suprimir 1,250 empleos, mientras que Schaeffler, un gigante del sector con 120,000 trabajadores, recortará 4,700 puestos en diez de sus fábricas en Alemania, afectando adicionalmente a otros centros en Europa, con dos cierres definitivos programados. La mayor parte de estos despidos se concentrarán en Alemania, que se enfrenta a uno de los peores escenarios de reconversión industrial, con empresas como Bosch y Continental también planificando despidos masivos.

El impacto de esta crisis se extiende a fábricas en España, especialmente en Vigo, donde ZF y Forvia han anunciado reducciones significativas de personal. ZF expresó su intención de prescindir de 14,000 empleados para 2028, mientras que Forvia comunicó la eliminación de 10,000 puestos de trabajo en su proceso de transformación.

Todo esto plantea un futuro incierto para el empleo en la industria automotriz en Europa. La situación exige una respuesta urgente tanto de empresas como de gobiernos para evitar un colapso total en este sector clave de la economía.