Bayer, el gigante químico y farmacéutico alemán, ha mencionado que sus pérdidas hasta septiembre alcanzaron la impactante cifra de 2.217 millones de euros, lo que representa una reducción del 48% en comparación con los 4.278 millones de euros perdidos en el mismo periodo del año anterior. Este cambio, aunque significativo, aún deja a la compañía en una situación complicada.

La facturación del grupo fue de 34.877 millones de euros, un 2,5% menos que el año anterior, lo que ha generado preocupaciones sobre el desempeño del mercado. El beneficio bruto de explotación (EBITDA) también sufrió una caída, llegando a 6.811 millones de euros, lo que representa una disminución del 14,7%.

En cuanto a la deuda financiera, Bayer logró reducirla a 35.037 millones de euros, un 4,7% menos que al finalizar el mes de junio, lo cual es un signo positivo en su intento de sanear sus finanzas.

Sin embargo, solo en el tercer trimestre, la situación no fue alentadora, ya que la compañía reportó pérdidas de 4.183 millones de euros, un 8,45% menos que en el mismo trimestre del año anterior. La facturación durante este periodo fue de 9.968 millones de euros, un 3,6% de descenso respecto al año pasado.

Un factor que ha impactado en las cifras es la venta de sus populares pastillas anticonceptivas, Yaz, Yasmin y Yasminelle, las cuales disminuyeron en un 1,7% en el tercer trimestre y un 0,4% en los primeros nueve meses en comparación con el año anterior. Este descenso en ventas podría deberse a una creciente competencia y cambios en la percepción del consumidor.

Wolfgang Nickl, director financiero, comentó: “En general, esperamos unas perspectivas moderadas en cuanto a los ingresos y los beneficios para el próximo año, con una posible disminución de las ganancias. Tenemos previsto acelerar nuestras medidas de costes y eficiencia para compensar en parte y seguir centrados en la conversión de efectivo.”

Con todos estos desafíos en el horizonte, queda por ver cómo Bayer se adaptará y se recuperará en un mercado cada vez más competitivo.