Caminar es una de las actividades físicas más accesibles y, sin duda, una de las más beneficiosas para nuestra salud. Pero, ¿cuántos pasos deberían dar diariamente las personas mayores de 60 años para mejorar su calidad de vida y reducir el riesgo de enfermedades? La famosa meta de los 10.000 pasos se ha vuelto popular, pero parece que esta cifra no se aplica de manera uniforme a todos, especialmente a quienes están en la tercera edad.

A medida que envejecemos, nuestras necesidades físicas cambian, por lo que es esencial ajustar nuestras metas de actividad. Un estudio reciente de la Universidad de Granada (UGR) sugiere que, en lugar de centrarse en los 10.000 pasos, las personas mayores podrían beneficiarse significativamente al lograr solo 7.000 pasos diarios. Según el investigador Antonio Clavero-Jimeno, esta cantidad es suficiente para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar la salud en general.

Además, otro estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology afirma que alcanzar los 8.000 pasos al día puede disminuir considerablemente el riesgo de muerte prematura. Esto se traduce aproximadamente en caminar unos 6,4 kilómetros al día, dependiendo de la longitud del paso individual. Sorprendentemente, las investigaciones indican que incluso caminar 4.400 pasos ofrece una reducción significativa del riesgo de muerte en mujeres mayores, mejor que caminar solo 2.700 pasos.

Los expertos recomiendan aumentar gradualmente la actividad física. Si actualmente no estás caminando mucho, puedes comenzar simple, agregando 500 pasos adicionales al día, lo cual puede llevar a una mejora notable en la salud general. Es fundamental recordar que además de la cantidad de pasos, la velocidad a la que caminamos también juega un papel crucial; caminar más rápido está relacionado con una menor mortalidad y un menor riesgo de caídas y fracturas.

Para mantener la independencia y salud a largo plazo, es crucial que las personas mayores también incorporen ejercicios de fuerza en su rutina, ya que esto ayuda a mejorar el equilibrio y reduce el riesgo de lesiones. La clave es establecer metas realistas y avanzar progresivamente, adaptándose a las capacidades individuales y, siempre que sea posible, incrementar la velocidad.

Caminar no solo es una forma efectiva de mantenerse activo, sino que también puede contribuir significativamente al bienestar emocional y mental. ¡Así que empieza hoy a contar esos pasos y transforma tu vida!