Banco Santander y Blackstone están finalizando los detalles de la reestructuración de Quasar, la sociedad que agrupa los activos problemáticos que heredó el banco tras la absorción de Banco Popular. Esta reestructuración implica que Blackstone pasará a tener el control casi total sobre la entidad con una participación residual muy limitada de Santander.

Según informa Bloomberg, la operación se llevará a cabo mediante una reducción de capital seguida de una ampliación de capital que será exclusivamente suscrita por Blackstone. Aunque el porcentaje exacto que controlará Blackstone aún no se ha determinado, se anticipa que superará el 90%. Ni Blackstone, Aliseda ni Banco Santander han ofrecido comentarios sobre este tema, conforme a las fuentes consultadas.

Este jueves, el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME) publicó que Project Quasar Investments 2017 ha llevado a cabo una reducción de capital de 292.82 millones de euros, reduciendo su capital a solo 3.000 euros, tras lo cual se ha ampliado a 47.000 euros. También se han realizado cambios en la dirección de la sociedad, incluyendo el nombramiento de Miguel Acosta Ramírez como secretario no consejero y de María José Riquelme Ortiz como vicesecretaria no consejera. Entre las salidas destacadas se encuentra la del consejero Jesús Pérez Rodríguez, representante de Banco Santander.

La raíz de esta operación se sitúa en el año 2017, cuando Santander decidió traspasar el 51% del negocio inmobiliario del Banco Popular a Blackstone. En ese momento, Banco Popular había sido adquirido por Santander por solo un euro, lo que sorprendió a muchos analistas del sector. La transacción involucró activos valorados en aproximadamente 30.000 millones de euros, incluyendo propiedades, créditos y el 100% del capital de Aliseda. En particular, se estima que los activos en España, principalmente inmuebles y créditos incobrables, alcanzaban un valor de unos 10.000 millones de euros.

Tras concluir esta reestructuración, Blackstone no solo tomará el control del negocio inmobiliario, sino que también gestionará casi todo el capital correspondiente a estos activos, liderados desde hace siete años por Eduard Mendiluce, quien se desempeña como consejero delegado de Aliseda y Anticipa. Estas dos empresas son clave en la gestión y normalización de los activos, incluyendo el proceso de ejecución de garantías en caso de préstamos impagos, con el objetivo final de facilitar la venta de los activos problemáticos al mercado.

A lo largo de los últimos años, Banco Santander ha estado reduciendo gradualmente su exposición a los 'ladrillos tóxicos' que le quedaron tras la crisis inmobiliaria. En 2023, el banco vendió el 15% de Altamira, una compañía de servicios adquirida por el italiano DoValue, así como un 15% adicional de Aktua a la firma sueca Intrum. Esta estrategia es parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la calidad de sus activos y fortalecer su balance contra futuras turbulencias del mercado inmobiliario.