El Banco de España ha hecho un llamado de atención a las entidades financieras sobre la importancia de mantener niveles elevados de solvencia en el entorno económico actual. Según las autoridades, aunque los bancos en España tienen ratios de solvencia inferiores a los de sus homólogos europeos, existe la oportunidad de fortalecer su capital.

La subgobernadora del Banco de España subrayó que "no estaría de más aprovechar la bonanza económica para aumentar el ratio CET1". Insistió en que es fundamental tener una posición sólida en este contexto marcado por incertidumbres geopolíticas y riesgos macroeconómicos persistentes. Las perspectivas positivas para la rentabilidad del sector pueden facilitar el refuerzo de la solvencia bancaria y ayudar a cumplir con requisitos adicionales de capital, como la activación del colchón de capital anticíclico en España.

A pesar de que el panorama actual parece favorable, alertó que el sistema bancario necesita ser cauteloso con los riesgos que se avecinan. "El sistema bancario está en una buena situación", afirmó, mencionando que tanto la rentabilidad como la solvencia y la liquidez se mantienen fuertes. No obstante, remarcó que deben ser proactivos ante desafíos como la digitalización, sostenibilidad e inestabilidad geopolítica.

Sobre el crédito, destacó que ya se percibe un cambio de tendencia con la reciente reducción de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). En este sentido, los préstamos nuevos están superando las amortizaciones, gracias a la relajación de la política monetaria y la recuperación de la economía española.

Sin embargo, el Banco de España mantiene su alerta ante posibles riesgos, siendo la escalada de tensiones geopolíticas uno de los principales focos de preocupación. También se expresó preocupación por una posible corrección abrupta en los mercados financieros que podría afectar la estabilidad del sector.

Por último, se enfatizó que, a pesar de que la calidad del crédito se ha mantenido en niveles razonables, el sector bancario debe enfocarse en los desafíos tecnológicos y ambientales, adaptándose a las nuevas exigencias del entorno, así como fortalecer la ciberseguridad en un sector tan crítico como el financiero. ¡El futuro de la banca depende de estas decisiones clave!