El Ministerio de Sanidad de España ha realizado una actualización crucial en su Estrategia Nacional sobre el Ictus, indicando que hasta un impresionante 90% de los casos podrían evitarse con hábitos de vida saludables y controles médicos regulares. Esta revisión incorpora los avances científicos más recientes y se alinea con el ambicioso Plan de Acción Europeo de Ictus 2018-2030, reafirmando su compromiso en la lucha contra una enfermedad que anualmente afecta a aproximadamente 120,000 españoles y causa alrededor de 25,000 muertes.

Con motivo del Día Mundial del Ictus, el departamento de Sanidad ha hecho hincapié en la imperiosa necesidad de prevención. El ictus no solo es una de las principales causas de discapacidad en Europa, sino que también está emergiendo como una de las principales causas de mortalidad. Si bien la incidencia de ictus tiende a aumentar con la edad, alarmantemente se ha observado un aumento del 25% en la franja de edad de 20 a 64 años, lo que subraya la urgente necesidad de implementar estrategias de prevención desde etapas tempranas.

Seis Pilares Estratégicos para Combater el Ictus hasta 2030

La Estrategia actualizada se centra en seis áreas fundamentales que abarcan desde la prevención hasta la rehabilitación. La promoción de la salud y la prevención primaria son prioritarias, buscando reducir la exposición a factores de riesgo como el tabaquismo, la hipertensión, y el sedentarismo, que son los principales culpables de los ictus evitables.

Otros aspectos prioritarios incluyen la prevención secundaria, que se ocupa de aquellos que ya han sufrido un ictus y busca evitar recaídas, así como la fase hiperaguda, que se centra en mejorar la rapidez del diagnóstico y tratamiento inicial. Además, se están promoviendo los tratamientos en Unidades de Ictus, esenciales para mejorar la supervivencia y minimizar las secuelas de los pacientes.

La neurorrehabilitación y el apoyo continuado tras el ictus son aspectos críticos. Estas fases buscan asegurar que los pacientes logren no solo una recuperación funcional óptima, sino también una mayor autonomía en sus vidas. La investigación y la formación del personal sanitario también juegan un papel crucial, fomentando el desarrollo de nuevas terapias y la capacitación profesional.

Un Futuro Prometedor: Objetivos Ambiciosos para el 2030

La estrategia revisada es el resultado de un trabajo conjunto entre sociedades científicas, asociaciones de pacientes y representantes de las comunidades autónomas, garantizando una implementación uniforme en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Este enfoque integral también recibe el apoyo de entidades como el Instituto de Salud Carlos III y el Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (Ceadac). Así se busca no solo mejorar los resultados clínicos, sino también disminuir el impacto del ictus en la sociedad española.

Para 2030, el Ministerio de Sanidad ha definido un objetivo ambicioso: tratar al 90% de los pacientes en unidades especializadas y reducir la incidencia de ictus en toda Europa en un 10%. “El ictus es prevenible y tratable”, afirman los coordinadores de la estrategia, subrayando que esta actualización es un paso decisivo hacia una atención más integral y fundamentada en evidencia en todo el territorio.

No solo se trata de reducir el impacto de esta enfermedad en la población española, sino también de posicionar a España como un referente en la atención integral y coordinada del ictus dentro del contexto europeo. ¡Es hora de que todos tomemos acción por nuestra salud!