¿Alguna vez te has preguntado a qué hora es mejor cenar? La verdad es que muchos de nosotros habitualmente cenamos más tarde, y aunque esto es típico de la cultura española, puede que no sea lo más beneficioso para nuestra salud. Si bien no hay un consenso absoluto sobre el horario perfecto para la cena, la recomendación general que muchos expertos comparten es que es mejor cenar temprano.

El reconocido neurólogo y especialista en bienestar, Dr. Conrado Estol, ha dejado muy claro en sus conferencias que, para mejorar nuestra salud, lo ideal sería cenar antes de las 18:00 horas. Pero, ¿por qué? Su explicación radica en la forma en que nuestros cuerpos se han adaptado a lo largo de la historia.

Nuestros antepasados vivieron en un entorno donde los ritmos del día estaban marcados por el ciclo de la luz natural. Todo se hacía antes del atardecer, y esa adaptación dejó una huella en nuestro organismo. De hecho, el sistema digestivo humano funciona mejor durante las primeras horas del día, y cenar tarde podría afectar negativamente nuestra digestión.

Estudios recientes han puesto de manifiesto que el aumento de la dependencia de la tecnología y la exposición a la luz artificial durante la noche están afectando nuestros ritmos circadianos. Estos ritmos son cruciales para nuestra salud física y mental, ya que regulan nuestros ciclos de sueño y vigilia.

Si cenas después de la puesta del sol, como muchos suelen hacer, podrías estar esforzando a tu cerebro y a tu cuerpo a trabajar contra su naturaleza. Esto puede llevar a serias consecuencias, incluyendo trastornos de salud mental como la ansiedad y la depresión, así como problemas físicos que a menudo pasamos por alto.

La buena noticia es que pequeños cambios en tu rutina pueden tener un gran impacto. Imagina la diferencia que podría hacer cenar más temprano: no solo mejorarías tu digestión, sino también tu bienestar mental. Además, aumentar la exposición a la luz natural durante el día puede ayudarte a reducir el riesgo de depresión.

En conclusión, si buscas una forma de mejorar tu calidad de vida, considera cambiar tus horarios de cena. Tu cuerpo podría agradecerlo, ¡y tu mente también! No dejes que las viejas costumbres te frenen; ¡adáptate y vive saludablemente!