Las acusaciones de violación contra Mohamed Al-Fayed, exdueño de Harrods, han alcanzado un sorprendente total de 150 mujeres en las últimas horas. Este escándalo estalló a partir de un documental de la BBC donde cinco empleadas denunciaron sus experiencias traumáticas, a pesar de que Al-Fayed falleció en 2023. Sin embargo, esto no exime a Harrods de posibles condenas por daños y perjuicios.

La periodista Ana Polo, en una reciente aparición en el programa 'Más Vale Tarde', destaca que estas prácticas abusivas "no eran ningún secreto" y menciona la existencia de "una red" que facilitaba estos actos. "Las trabajadoras de Harrods eran sometidas a tratos vejatorios incluso durante las entrevistas de trabajo. Muchas han revelado que debían pasar por exámenes médicos invasivos para verificar si portaban enfermedades de transmisión sexual", explica Polo.

Pero eso no es todo. Las implicaciones legales y sociales de estas acusaciones son enormes. Se estima que Harrods podría enfrentarse a una ola de demandas que podrían poner en jaque su reputación en el mundo del retail. La pregunta que surge es: ¿hasta dónde llega esta red de complicidad y quiénes más podrían estar involucrados? El público está ávido de respuestas y se espera que se lleven a cabo más investigaciones que sacudan los cimientos de la empresa.

Este alarmante caso no solo pone de relieve la vulnerabilidad de las trabajadoras en el ámbito laboral, sino que también llama la atención sobre la necesidad urgente de un cambio en la cultura empresarial para proteger a los más vulnerables. La revelación de estos abusos es un recordatorio escalofriante de que la lucha contra la misoginia y la violencia de género todavía está lejos de concluir.