Este lunes marca un año desde el devastador atentado de Hamás en suelo israelí, un hecho que desató una escalofriante escalada de violencia en Oriente Medio. En este contexto, Benjamin Netanyahu inició una ofensiva indiscriminada en Gaza. Ignacio Álvarez-Ossorio, reconocido catedrático de Estudios Árabes en la Universidad Complutense de Madrid, analiza la situación y destaca que Netanyahu no ha logrado alcanzar ninguno de sus objetivos iniciales.

Entre los tres objetivos que Netanyahu se propuso tras los ataques del 7 de octubre, se encuentran: desmantelar a Hamás, eliminar a su liderazgo y asegurar la liberación de los rehenes. Sin embargo, según Álvarez-Ossorio, "no ha conseguido ninguno de estos objetivos, y lo que realmente hemos presenciado es una devastación sistemática en la Franja de Gaza, donde se estima que el 85% de los edificios han sido destruidos".

El catedrático también sostiene que la verdadera estrategia de Israel en esta etapa es utilizar la crisis actual para continuar su avance territorial a expensas de Palestina. "Israel está interesado en crear una nueva realidad demográfica, con el objetivo de desplazar a la población del norte de Gaza hacia el sur, donde se ubica una de las zonas más densamente pobladas del mundo". Esto plantea serias preocupaciones sobre el futuro del pueblo palestino y la estabilidad en la región.

Además, la situación humanitaria en Gaza ha alcanzado niveles alarmantes. Las Naciones Unidas han advertido sobre la crisis de agua potable y han expresado su alarma por el número de desplazados internos. Ante este panorama, la comunidad internacional observa con creciente preocupación, cuestionándose qué acciones se tomarán para mitigar el sufrimiento de una población que ha enfrentado múltiples adversidades. ¿Está el mundo preparado para intervenir? ¿O se verán obligados a conformarse con la continuidad del conflicto?