Es imperativo que todos tomemos en serio la devastadora realidad del cambio climático. Las recientes inundaciones han puesto de manifiesto la urgencia de reducir emisiones y adoptar medidas drásticas de adaptación.

Es necesario revisar por completo la ordenación del territorio, eliminando edificaciones y equipamientos públicos en áreas de alto riesgo. No podemos permitir que se construya ni un ladrillo más en zonas inundables. Los ríos, barrancos y cauces tienen que recuperar el espacio que les ha sido usurpado.

La implementación de sistemas de alerta temprana y la reacción ante lluvias torrenciales deben priorizar la vida de las personas sobre cualquier interés económico. En este contexto, la educación y capacitación de la población es crucial para prevenir y actuar eficazmente en situaciones de emergencia.

A medida que se evalúan los efectos calamitosos de la DANA que comenzó el 29 de octubre, Ecologistas en Acción expresa su solidaridad con los afectados, lamentando en particular la pérdida de vidas humanas. Sin embargo, es hora de reconocer que los daños hubieran sido significativamentes menores si las autoridades hubieran prestado atención a las advertencias de científicos, ambientalistas y ciudadanos preocupados.

Las advertencias se recogen en los siguientes puntos clave:

1. Aumento del Cambio Climático

La frecuencia e intensidad de las lluvias torrenciales están en aumento y continuarán haciéndolo si no tomamos medidas urgentes. El último análisis del WWA (World Weather Attribution) revela que la lluvia ha aumentado en un 12% en intensidad y se ha duplicado en frecuencia desde la era preindustrial. Si no actuamos, eventos de DANA severos serán parte de nuestra nueva realidad.

2. Reformulación de Políticas de Gestión del Territorio

Es fundamental reconfigurar la planificación y gestión del territorio para adaptarse al cambio climático. Las políticas deben incluir:

- Prohibición de construcciones en zonas inundables: A pesar de las leyes que han existido durante décadas, hay un millón de viviendas ubicadas en áreas propensas a inundaciones en España. Es necesario revisar las normativas existentes y tomar acciones inmediatas para eliminar construcciones en estas zonas.

- Desplazamiento de edificaciones: Es hora de dejar de reconstruir en zonas de alto riesgo y empezar a trasladar equipamientos críticos y viviendas a lugares seguros, priorizando las necesidades de las comunidades más vulnerables.

- Fin de obras ineficaces: Las infraestructuras como diques y muros no solo son ineficientes, sino que pueden agravar la situación. Se debe adoptar un enfoque centrado en la sostenibilidad y la justicia social en la gestión de inundaciones.

- Retención del agua en lugar de evacuación: Fomentar prácticas que retengan el agua en lugar de evacuarla, minimizando así el impacto de futuras inundaciones.

3. Mejora de los sistemas de alerta

La gestión de la reciente DANA en la Comunidad Valenciana demostró fallos significativos, incluyendo el retraso en la comunicación de alertas. Esto debe ser corregido con planes de emergencia robustos que prioricen la seguridad de la población sobre los intereses económicos.

4. Educación ciudadana en gestión de riesgos

Capacitar a la población en la gestión del riesgo es esencial. Esto incluye enseñar a no construir o comprar propiedades en zonas inundables y a entender que el vehículo privado no es un refugio seguro durante las inundaciones.

La falta de acción frente al cambio climático, la inadecuada gestión del territorio, y los ineficaces sistemas de alerta no solo ponen en riesgo la vida de las personas, sino que también condenan a la sociedad a pagar un precio altísimo por negligencias pasadas. La crisis ecológica exige un cambio radical. ¡Es hora de actuar!