El impacto de la inteligencia artificial en el mercado laboral ha desatado intensos debates sobre el futuro de las profesiones técnicas. Christopher Pissarides, Premio Nobel de Economía en 2010, lanza una advertencia que no podemos ignorar: las carreras en ingeniería y matemáticas pueden no ser tan seguras como se supone.

Pissarides, profesor en la London School of Economics, sostiene que la automatización está tomando el control de tareas que antes requerían habilidades humanas altamente especializadas. En sus recientes declaraciones, afirma que estamos "sembrando las semillas de nuestra autodestrucción" en estas áreas debido al impacto de la inteligencia artificial.

La amenaza de la automatización se cierne sobre las profesiones técnicas.

Según el economista, la capacidad de la IA para resolver problemas complejos y manejar grandes volúmenes de datos pone en riesgo a los trabajadores que tradicionalmente han cubierto roles en ingeniería y matemáticas. Por otro lado, disciplinas que requieren habilidades humanas directas, como la sanidad, la educación y la hostelería, no parecen estar tan expuestas a esta transformación.

¿Deberían los estudiantes reconsiderar las carreras STEM? A pesar de que actualmente estas disciplinas presentan un alto índice de empleabilidad, Pissarides advierte que este panorama podría cambiar drásticamente. El avance de la automatización y la inteligencia artificial está redefiniendo qué sectores serán más demandados, desplazando las competencias que solían ser esenciales.

Sin embargo, no todo está perdido para quienes elijan estos caminos. Áreas emergentes como la ética en inteligencia artificial, la supervisión de sistemas automatizados y el diseño de algoritmos están creadas como nuevas oportunidades laborales, lo que podría ofrecer una mayor estabilidad en un futuro lleno de incertidumbres tecnológicas.

A medida que la revolución de la inteligencia artificial avanza, es crucial que los padres y educadores estén atentos a estas dinámicas. Preparar a las nuevas generaciones para afrontar estos desafíos implica no solo fomentar habilidades técnicas, sino también habilidades interpersonales y adaptativas que serán clave en un mercado laboral en constante evolución. ¿Estamos listos para guiarlos hacia un futuro profesional más seguro?