La obesidad se ha convertido en uno de los problemas de salud más graves del siglo XXI, afectando a millones de personas en todo el planeta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de la obesidad se ha triplicado desde 1975, lo que la posiciona como una de las principales preocupaciones de salud pública a enfrentar.

La doctora Laura Delgado, reconocida experta en nutrición y salud pública, destaca que uno de los mayores obstáculos en la lucha contra la obesidad es la falta de conciencia entre la población: ‘Muchas personas ignoran los riesgos vinculados a la obesidad y las estrategias que pueden implementar para prevenirla’, advierte Delgado.

El Día Internacional contra la Obesidad, celebrado cada 4 de marzo, tiene como objetivo primordial educar y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de mantener un peso saludable. Este día se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre las diversas causas de la obesidad, que abarcan factores genéticos, ambientales y de comportamiento. Además, es fundamental destacar que la obesidad no solo afecta la salud física, sino que también tiene un impacto significativo en la salud mental y la calidad de vida de las personas.

Las consecuencias de la obesidad son alarmantes: se asocia con enfermedades crónicas graves como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. No solo eso, la obesidad también puede conducir a problemas como la falta de movilidad, trastornos del sueño y trastornos psicológicos, incluyendo la depresión.

Para combatir la obesidad de manera efectiva, es fundamental implementar estrategias que aborden este desafío desde múltiples frentes:

1. Educación nutricional