Una nueva investigación, realizada en siete hospitales de toda España y que involucró a 137 pacientes, ha revelado que los altos niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂) en el aire están deteriorando los beneficios de los programas de rehabilitación cardiaca tras un infarto. "Incluimos a pacientes que habían sufrido un infarto agudo de miocardio entre enero de 2015 y diciembre de 2019", explica el Dr. Jordi Baňeras, del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y líder del estudio. El objetivo era descubrir si la contaminación ambiental limitaba la recuperación funcional de estos programas tan esenciales para la rehabilitación cardiaca.

Durante el estudio, los pacientes fueron sometidos a una ergoespirometría, una prueba avanzada de esfuerzo que mide parámetros fisiológicos críticos como el consumo máximo de oxígeno (VO₂). Esta evaluación se realizó un mes y tres meses después del infarto.

Los investigadores encontraron que el consumo pico de oxígeno, un indicador clave de recuperación, estaba significativamente afectado por la exposición al dióxido de nitrógeno. Los resultados fueron alarmantes: los pacientes que habían estado expuestos a altos niveles de NO₂ en los dos años previos al infarto mostraron una peor mejora en su capacidad funcional. Mientras que aquellos que vivían en áreas menos contaminadas lograron un aumento promedio del 9,5% en su consumo de oxígeno, los que residían en zonas de alta contaminación apenas alcanzaron un 0,9%. Esto significa que la contaminación ambiental puede reducir los beneficios de la rehabilitación cardiaca hasta en un 90%.

Los hallazgos fortalecen la noción de que la contaminación no solo es un riesgo cardiovascular, sino que también afecta a la recuperación funcional post-infarto. Ante esto, el Dr. Baňeras sugiere que los cardiólogos deben ofrecer consejos sobre la necesidad de evitar áreas contaminadas durante el seguimiento de sus pacientes.

Además, en línea con estas recomendaciones, hospitales como el Vall d’Hebron han comenzado a incluir advertencias sobre la contaminación en sus planes de alta hospitalaria después de un infarto, sumando esto a recomendaciones habituales como el control de colesterol y la práctica regular de ejercicio físico.

Es crucial que los pacientes sean conscientes del impacto que la contaminación puede tener en su salud cardiovascular y en su proceso de rehabilitación. Protegerse de la contaminación al aire libre no solo es importante para evitar enfermedades, sino también para asegurar una recuperación óptima tras un episodio crítico como un infarto. ¡No comprometas tu salud! Mantente alerta y elige vivir en un entorno más limpio!