La alarmante situación en la República Democrática del Congo (RDC) expone las precariedades de un sistema de salud en crisis constante. Se han notificado 891 casos de una patología que parece ser el resultado de una combinación letal: infecciones respiratorias virales comunes, especialmente la gripe, junto con la malaria endémica, acentuadas por la desnutrición aguda que afecta a gran parte de la población.

Lo más trágico es que esta crisis afecta desproporcionadamente a los más vulnerables: los niños menores de cinco años son los más perjudicados, un hecho que subraya la fragilidad del entorno en el que viven.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dejado claro que, a pesar de las especulaciones, no se trata de una nueva enfermedad. Su diagnóstico señala una alarmante carga de enfermedades infecciosas comunes que se presentan en un contexto de vulnerabilidad y severa inseguridad alimentaria. Este comunicado resalta la crítica necesidad de atención médica en un área donde la desnutrición grave posee un alto índice de mortalidad y es una condición que requiere intervención inmediata.

A pesar del avance en la investigación, las condiciones son complicadas: la cobertura de vacunación sistemática es extremadamente baja, hay un acceso limitado a diagnósticos y tratamientos de calidad, escasez de personal sanitario, y barreras geográficas que dificultan el acceso a los servicios de salud. La OMS advierte que la situación podría empeorar con la llegada de la temporada de lluvias, lo cual agrava la propagación de malaria y de virus respiratorios.

La comunidad más afectada, Panzi, se encuentra en la provincia de Kwango, a más de 700 kilómetros de la capital, Kinshasa, con caminos casi intransitables, especialmente en épocas de lluvia. La emergencia sanitaria se declaró nuevamente tras un aumento de muertes, principalmente en niños que presentan síntomas gripales, como fiebre, tos, congestión nasal, entre otros.

Equipos multidisciplinarios ya han sido enviados a la región para investigar la situación y brindar los recursos médicos necesarios, aunque la respuesta sigue siendo insuficiente frente a un desafío tan complejo.

La inquietante 'Enfermedad X' es un recordatorio de los peligros de los patógenos desconocidos. La OMS lleva años advirtiendo sobre este riesgo, mencionando que podría surgir de manera imprevista y propagarse rápidamente, como lo hicieron el VIH/SIDA, la COVID-19, o la viruela del mono. La situación actual en la RDC no es solo un problema local, sino un potencial desafío global que debe ser atendido de inmediato.