En un giro inesperado, la inflación en España ha repuntado al 1,8% en octubre, poniendo fin a la 'tregua' que había disfrutado el país en meses anteriores. Este aumento ha sido impulsado principalmente por la escalada de precios en vivienda y transporte, lo que deja a los ciudadanos preocupados por el impacto en su día a día.

La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles de energía y alimentos sin procesar, se ha situado en el 2,5%. Esto demuestra que el aumento no es solo un fenómeno pasajero, sino que está afectando a la economía de manera más amplia. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la vivienda ha visto un aumento anual del 4,2%, en gran parte debido a la subida de los precios de la electricidad y el gas, dos elementos críticos para la vida cotidiana.

El sector del transporte también ha visto una importante variación, con una tasa anual que ha aumentado en nueve décimas. Esto se debe principalmente a laulación de precios de los carburantes y lubricantes para vehículos, que han subido frente a la caída del año anterior.

Además, este mes ha marcado la vuelta del IVA a la cesta básica de la compra, donde productos esenciales que estaban gravados al 0% ahora tributan al 2%. Se prevé que, el próximo año, ese porcentaje suba al 4%. Según cálculos de ABC, esto significa que la cesta de la compra es ahora cinco euros más cara, lo que genera una preocupación adicional entre los consumidores que ya enfrentaban precios elevados.

La Confederación Española deOrganizaciones Empresariales (CEOE) había advertido previamente que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se vería afectado por esta situación, así como por los precios de las materias primas en los mercados internacionales. Este aumento en la inflación plantea serias dudas sobre la capacidad de las familias para gestionar sus presupuestos en un entorno económico tan volátil.