Este jueves, la atención europea estuvo enfocada en el directo de X, donde Elon Musk, conocido por su cercanía a Donald Trump, instó a los alemanes a elegir al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) durante una entrevista con su candidata, Alice Weidel. En un momento polémico, Weidel afirmó que 'Hitler era comunista', desatando una ola de indignación y preocupación sobre las posibles interferencias en la democracia europea.

El giro de Musk hacia partidos políticos de extrema derecha ha encendido alarmas en varias naciones europeas, incluyendo Francia y Bélgica, que han exigido a la Comisión Europea que actúe de forma contundente contra este tipo de intervenciones. Los gobiernos temen que el magnate estadounidense esté usando su plataforma para socavar las democracias dentro de la UE, especialmente con unas elecciones alemanas a la vista.

Bruselas se enfrenta a un dilema complicado: por un lado, debe proteger la libertad de expresión, pero por otro, no puede ignorar las regulaciones europeas, en particular la Ley de Servicios Digitales (DSA). Esta ley requiere que las grandes plataformas digitales, que superan los 45 millones de usuarios mensuales en la UE, cumplan con normas que previenen la propagación de discursos de odio y manipulación electoral.

Con la situación actual, el Gobierno alemán está considerando dejar de usar la red social X debido a las inquietudes sobre sus algoritmos, que critican por fomentar un 'discurso polarizador' en lugar de uno objetivo y tranquilo. Sin embargo, hasta ahora han optado por permanecer en X por su gran audiencia, dejando la evaluación final sobre la conformidad de la plataforma a la Comisión Europea.

Un portavoz comunitario enfatizó que la Comisión se centra en los sistemas utilizados por las plataformas y no en los comportamientos individuales, recordando que mantener un directo con una figura de la ultraderecha como Weidel no es, per se, una violación de las normativas europeas. Sin embargo, sí podría entrar en conflicto si se demuestra que incumple las leyes comunitarias relacionadas con contenido ilegal o riesgos electorales.

La investigación formal contra X comenzó en 2023, siendo la primera plataforma en estar en esta condición. Aunque una parte de la investigación que se refiere a los anuncios y acceso a investigadores ya concluyó con el hallazgo de que X incumple la DSA, las indagaciones siguen abiertas, y la compañía se enfrenta a multas que podrían llegar al 6% de sus ingresos si se determina una violación adicional.

En un contexto donde las tensiones geopolíticas están en alza y las redes sociales se ven como un potencial campo de batalla por el control de la narrativa, el futuro de X y su influencia en las democracias europeas es un tema candente. La encargada de soberanía tecnológica de la Comisión y el comisario de Justicia han prometido resolver el asunto 'tan pronto como sea legalmente posible', aunque algunas voces, como la del jefe de la diplomacia francesa, piden una acción más firme.

El impacto que tendrá esta decisión en la esfera pública y la manera en que se desarrollarán las próximas elecciones alemanas es algo que todos están vigilando de cerca. ¡La batalla por la verdad en las redes sociales acaba de comenzar!