Las finanzas del FC Barcelona se encuentran nuevamente en una situación crítica según el último informe de auditoría. El club azulgrana ha informado que, al cierre del ejercicio correspondiente a la temporada 2023-2024, las pérdidas ascenderían a 91 millones de euros. Este alarmante déficit es en gran parte consecuencia de un impago de 141 millones de euros relacionado con la controvertida venta de Barçà Vision, la filial conocida formalmente como Bridgeburg Invest S.L., a la empresa alemana Libero.

La firma auditora Grant Thornton ha señalado que el balance del Barcelona contiene una grave inconsistencia: el club presenta en su patrimonio un valor de 208 millones de euros correspondiente a Bridgeburg, algo que, según la auditoría, no se ajusta a la realidad del mercado. “El valor de la inversión registrada debería ser objeto de deterioro”, continúa el informe. Por su parte, fuentes del área económica del club intentan tranquilizar al público y a los socios, afirmando que confían en que el verdadero valor de Bridgeburg podría ser de hasta 400 millones de euros. Sin embargo, los auditores se muestran cautelosos en sus afirmaciones, indicando que no están seguros de cuál es el valor real de dicha inversión, algo que genera más incertidumbre.

Esta es solo la punta del iceberg en un contexto donde el club ha estado tratando de recuperarse de una profunda crisis económica. En 2022, el presidente Joan Laporta lanzó una serie de movimientos agresivos para rescatar al Barcelona de un abismo financiero. Ello incluyó la controversial venta de activos, una estrategia que Laporta denominó “palancas”. Durante una asamblea, se aprobó la venta del 49% de Barçà Vision, esperando atraer socios estratégicos para un segmento de negocio en auge como el de Web3, NFTs y el metaverso. Sin embargo, lo que en su momento se consideró un activo valioso de 400 millones por parte de KPMG, ha resultado ser un fiasco, ya que el prometido crecimiento no se ha materializado.

Ferran Olivé, tesorero del club, defendió esta maniobra señalando que en circunstancias normales, una empresa con patrimonio neto negativo habría buscado una ampliación de capital, pero el FC Barcelona ha optado por aprovechar su capacidad de vender activos. Esta estrategia ha sido objeto de críticas por parte de la oposición a la directiva de Laporta, quienes sostienen que la gestión de crisis no está siendo efectiva.

A medida que el FC Barcelona se acerca al cierre de su ejercicio financiero, la preocupación por su sostenibilidad aumenta. Los aficionados y expertos se preguntan: ¿Podrá el club recuperar su estabilidad financiera o está al borde de un desastre mayor? La próxima temporada será crucial para determinar el futuro inmediato del Barcelona y su capacidad de reconstruir su legado en el fútbol europeo.