La situación de Duro Felguera, una de las principales compañías industriales de Asturias, se vuelve crítica. Recientemente, la empresa anunció la solicitud de preconcurso de acreedores debido a una grave crisis financiera que amenaza su existencia.

Todo esto ocurre en un contexto inquietante, ya que Duro Felguera fue rescatada de manera acelerada por el Gobierno español en medio de la pandemia del coronavirus, lo que ha levantado sospechas sobre los motivos de dicho rescate. Además, está relacionada con una serie de escándalos de corrupción vinculados a la trama venezolana, en la que su exintermediario, Víctor de Aldama, ha jugado un papel fundamental.

En marzo de 2021, el Gobierno decidió rescatar a Duro Felguera y a Plus Ultra el mismo día, considerándolas "empresas estratégicas" para la economía del país. El rescate de ambas compañías se realizó a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia, dependiente de la SEPI (la Sociedad Española de Participaciones Industriales), que curiosamente estuvo sin presidente en ese período debido a demoras en su nombramiento por parte del Ejecutivo.

Duro Felguera recibió un total de 120 millones de euros en fondos públicos, distribuidos entre un préstamo participativo de 70 millones, un préstamo ordinario de 20 millones y otros 30 millones a través de diferentes mecanismos. Este apoyo financiero fue presentado como parte de una estrategia para salvar el tejido productivo español, pero ahora la duda ronda sobre la efectividad de estas medidas.

Los vínculos con el régimen venezolano son otro punto de interés en esta historia. Las operaciones de Duro Felguera y Plus Ultra no fueron las únicas, ya que estuvieron acompañadas por el rescate de 475 millones de euros para Air Europa en noviembre de 2020. Las conexiones entre estas empresas y el régimen de Nicolás Maduro resaltan la posibilidad de corrupción y cuestionan la transparencia del rescate.

No obstante, el drama de Duro Felguera no termina ahí. La empresa ha señalado que su situación actual, marcada por litigios en Argelia, es un punto crítico. En concreto, la firma está lidiando con problemas relacionados con el proyecto de Djelfa, lo que ha dificultado su flujo de caja y ha llevado a la solicitud de preconcurso de acreedores. Según sus representantes, esta medida les permitirá negociar con sus acreedores para encontrar una solución viable que evite la quiebra y asegure la continuidad laboral de sus empleados.

Los analistas advierten que Duro Felguera podría convertirse en la primera empresa rescatada que enfrenta una crisis financiera de tal magnitud. La rapidez con la que ingresó en el radar de rescate de la SEPI, apenas ocho días después de Air Europa, plantea preguntas sobre la debida diligencia, y si se tomó la decisión correcta al injectar fondos tan grandes en una empresa con problemas tan evidentes.

Con un futuro incierto y muchas preguntas sin respuesta, Duro Felguera se enfrenta a una batalla no solo por su supervivencia, sino por la confianza del público y la reputación de un Gobierno que ha utilizado los recursos públicos para rescatar empresas con vínculos controvertidos. ¿Podrá Duro Felguera sobrevivir a esta tormenta financiera?