En el Parque Alcosa de Alfafar, la limpieza del barro y la retirada de montañas de coches están en marcha gracias a los incansables voluntarios. Sin embargo, los afectados por la reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) se quejan de la falta de atención y realojamiento por parte de las autoridades locales.

Han pasado ya más de una semana desde que la riada provocó estragos en la zona, y aunque el panorama ha mejorado algo con el trabajo de limpieza, los vecinos siguen viviendo una pesadilla. «Nadie ha venido a preguntarnos dónde estamos durmiendo», lamenta uno de los damnificados, que ha perdido su hogar. La comunidad se siente abandonada, a pesar de los esfuerzos visibles por parte de los voluntarios que han estado trabajando sin descanso.

Las autoridades de emergencias han estado recogiendo objetos arrastrados por la corriente, incluso desde lugares lejanos como Torrente, a 15 kilómetros de Alfafar. Esto resalta la magnitud del desastre natural. Sin embargo, la preocupación principal de los residentes es su bienestar inmediato. Muchos se encuentran sin hogar y sin una solución clara por parte del gobierno local.

Mientras tanto, organizaciones no gubernamentales y grupos de voluntarios continúan recolectando donaciones, desde ropa hasta alimentos, para ayudar a quienes lo han perdido todo. Se han organizado puntos de encuentro donde las familias damnificadas pueden recibir asistencia, pero aún se requiere un esfuerzo más coordinado y efectivo por parte de las administraciones.

La situación en Alfafar es un recordatorio alarmante de lo crucial que es la preparación y la respuesta ante emergencias. En este caso, la DANA ha dejado a más de un centenar de familias en la incertidumbre. Lo que todos demandan es que se escuchen sus voces y se tomen acciones inmediatas. La comunidad espera que esta experiencia no solo despierte la solidaridad entre los vecinos, sino que también impulse a los responsables a actuar con mayor rapidez y efectividad en el futuro.