Los probióticos son esenciales para nuestra salud. Desde hace años, se ha demostrado su importancia con el respaldo de la ciencia. Estos microorganismos beneficiosos son fundamentales para mantener el equilibrio de la flora intestinal, conocida como microbiota, la cual juega un papel crucial en el funcionamiento óptimo del organismo. Sin embargo, factores como el estrés, el uso excesivo de medicamentos (como antibióticos y antiácidos), y un estilo de vida poco saludable pueden alterar este delicado equilibrio.

¿Qué roles desempeña la microbiota?

Las funciones son múltiples y vitales. Según Ingortze Zubieta Aurteneche, dietista-nutricionista de la Academia Española de Nutrición y Dietética, los probióticos estimulan las enzimas intestinales y facilitan tanto la absorción de nutrientes como el tránsito intestinal, lo que ayuda a controlar problemas como el estreñimiento y la diarrea. Además, son eficaces en la reducción de gases y de la molesta hinchazón abdominal.

Se ha descubierto que los probióticos también pueden disminuir la incidencia de infecciones en el tracto genitourinario y regular los niveles de colesterol. Son especialmente beneficiosos cuando se combinan con antibióticos para el tratamiento de la Helicobacter Pylori. Zubieta también destaca que estos microorganismos activan la síntesis de vitaminas A, B y K, y pueden contribuir a reducir el riesgo de cáncer colorrectal, mejorando así los síntomas del síndrome de intestino irritable. Además, ayudan a la producción de ácido láctico y acético, que actúan como defensas naturales ante gérmenes dañinos.

Kéfir: un superalimento sorprendente

El kéfir destaca por su elevada concentración de probióticos y se puede presentar de diversas formas. En los supermercados, comúnmente se vende como un postre elaborado a partir de la fermentación de la leche gracias a un hongo especial. Es un alimento increíblemente nutritivo, ya que es rico en calcio, magnesio, fósforo y vitaminas del grupo B (B1, B5, B8, B9, B12), así como en triptófano y proteínas de fácil digestión.

¡Pero eso no es todo! Preparar kéfir en casa es simple y puede ser una excelente forma de mejorar tu salud digestiva. Solo necesitas granos de kéfir, leche o agua, y un poco de paciencia. ¡Anímate a incorporarlo a tu dieta y experimenta una mejora notable en tu bienestar general!