Ciencia

¡Una Señal Inesperada 15 Minutos Antes de la Erupción de Tonga Revela Nuevas Maneras de Predecir Desastres Naturales!

2024-11-06

Autor: Camila

En 1912, 1937, 1988, 2009, 2014… pero lo que sucedió en 2022 fue completamente diferente. El 15 de enero de ese año, el volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai volvió a erupcionar, aunque no de la manera habitual; inyectó una cantidad asombrosa de vapor de agua a más de 10 kilómetros de altura, convirtiéndose en uno de los principales culpables de las altas temperaturas globales de 2022. Sin embargo, este evento catastrófico estuvo precedido por un fenómeno fascinante que podría cambiar el futuro de la ciencia volcánica.

La erupción y sus devastadoras consecuencias

Para tener una idea de la magnitud de esta tragedia, es importante mencionar que la explosión fue tan brutal que la columna de ceniza alcanzó los 58 kilómetros de altura, llegando a la mesosfera en cuestión de media hora. Este evento no solo destruyó la isla Hunga Tonga, sino que también arrasó con partes importantes de Tonga, forzando la evacuación masiva de sus residentes y provocando la muerte de decenas de personas.

Una señal sísmica inaudita

Lo sorprendente de esta erupción es que un equipo de científicos de la Universidad de Tokio ha identificado una señal sísmica insólita que precedió a la explosión: una onda Rayleigh que recorrió la superficie terrestre 15 minutos antes de la erupción. Esta onda fue detectada por sismómetros situados en Fiyi y Futuna, aproximadamente a 750 kilómetros del volcán, pero no fue perceptible para los humanos. Este fenómeno, comúnmente asociado con terremotos, es la primera vez que se vincula con una erupción volcánica submarina.

La relevancia de la Onda Rayleigh

Según el estudio publicado, la onda Rayleigh se propagó sin ninguna actividad visible en la superficie, lo cual sugiere que podría ser una valiosa señal de alerta para futuras erupciones volcánicas. Anticipar estos eventos podría ser crucial para la evacuación y protección de las poblaciones vulnerables.

Un vistazo a la mecánica detrás de la señal

El estudio también reveló que la onda fue provocada por una fractura en la corteza oceánica bajo el volcán, lo que permitió que el magma se combinara con agua de mar, desestabilizando la estructura volcánica. Esta presión acumulada finalmente resultó en la colosal explosión que devastó Tonga.

Implicaciones para el futuro

Sin duda, el descubrimiento de esta onda como posible indicador de erupciones marca un avance significativo en la vulcanología. Sin embargo, actualmente no hay sistemas integrados para monitorizar estas ondas en tiempo real. Mie Ichihara, coautora del estudio y especialista en volcanología, destacó que desarrollar tecnología para rastrear estas ondas podría permitir la detección anticipada de erupciones, salvando vidas en áreas en riesgo.

Lecciones aprendidas y un futuro más preparado

Es imperativo mencionar que las investigaciones sobre desastres naturales continúan en otros frentes. Por ejemplo, científicos han podido prever tsunamis a través de sus campos magnéticos, que ocurren antes de los cambios en el nivel del mar. Estos avances subrayan la necesidad de explorar diferentes métodos para la detección de desastres en un mundo que enfrenta desafíos climáticos extremos.

Además, se estima que la erupción de Tonga podría haber tenido consecuencias aún más graves si hubiera ocurrido en zonas densamente pobladas. Los investigadores esperan que los conocimientos adquiridos de este evento sin precedentes conduzcan a sistemas de alerta más efectivos, lo que será vital para mitigar el impacto de futuros desastres. La integración de tecnologías avanzadas y el monitoreo de ondas sísmicas como las Rayleigh serán clave para prevenir tragedias relacionadas con erupciones volcánicas y tsunamis.