En un trágico suceso que ha conmocionado a la nación, un joven de tan solo 15 años, identificado como Ismael Domínguez, fue brutalmente asesinado tras un partido de fútbol en Paraguay. Los hechos se desarrollaron al finalizar un encuentro entre los equipos Nacional y Boquerón, en el campeonato de la Federación Paraguaya de Escuelas de Fútbol, cuando una pelea estalló entre los jugadores de ambos bandos.

Domínguez, quien estaba debutando en el equipo, recibió una patada en la espalda que lo dejó inconsciente. Mientras yacía en el suelo, sufrió golpes adicionales, lo que provocó su muerte en un acto de violencia inaceptable.

El entrenador de Nacional, Leonardo Vit, reveló que el joven recibió ‘dos o tres patadas más de otras personas’. A pesar de los esfuerzos de los paramédicos, que rápidamente llegaron al lugar para brindarle atención, Ismael ya estaba sin respiración al momento de ser trasladado al Hospital Materno Infantil San Pablo en Asunción y posteriormente al Hospital del Trauma, donde se confirmó su deceso.

La indignación ha recorrido el país, y la Fiscalía paraguaya, bajo la dirección de la fiscal Rosa Noguera, ha abierto una investigación por homicidio. Se presume que un menor de 14 años, quien se entregó a las autoridades recientemente, es el responsable de la fatal agresión. Este triste desenlace ha despertado la conversación sobre la violencia en el deporte juvenil y la necesidad de tomar medidas preventivas para evitar que tragedias como esta sucedan nuevamente.

La familia de Ismael Domínguez, devastada por la pérdida, exige justicia y se plantea la urgencia de un cambio cultural que aborde la violencia dentro y fuera de los campos de juego. En un contexto donde el deporte debería unir a los jóvenes, este incidente pone de manifiesto la alarmante realidad de la violencia en las competencias deportivas en Paraguay y más allá. ¿Hasta cuándo permitirá la sociedad que esto continúe? La comunidad clama por respuestas y por la protección de los jóvenes deportistas.