En un giro inesperado, Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos, ha suspendido la tan anticipada misión inaugural de su nuevo cohete New Glenn. La cuenta regresiva se detuvo a causa de problemas técnicos no especificados, dejando a los miles de espectadores atónitos. Esta cancelación se dio este lunes, y el lanzamiento estaba programado para despegar desde la estación de la Fuerza Espacial en Cabo Cañaveral en una ventana que comenzaba a la 1:00 am (0600 GMT).

El ambicioso New Glenn, que se eleva hasta una imponente altura de 98 metros, se quedó en tierra cuando la compañía decidió cancelar el intento oficialmente a las 3:10 am. Ariane Cornell, ejecutiva de Blue Origin, expresó durante una transmisión en vivo que "estamos suspendiendo el intento de lanzamiento de hoy para resolver un problema en un subsistema del vehículo que nos lleva más allá de la ventana de lanzamiento".

La misión, conocida como NG-1, es crucial para Bezos, ya que busca posicionar a Blue Origin en la competencia directa con SpaceX y su popular cohete Falcon 9. Actualmente, SpaceX lidera el mercado de lanzamientos orbitales y también tiene contratos significativos con la NASA y el Pentágono.

Curiosamente, Bezos, que celebró su cumpleaños número 61 el domingo, estuvo presente en la sala de control, mientras que Elon Musk envió sus mejores deseos a través de la red social X, mostrando que la competencia entre ambos titanes de la industria aeroespacial está más viva que nunca.

G. Scott Hubbard, un ex miembro destacado de la NASA, destacó la importancia de contar con más de un jugador en esta industria, pues la competencia puede llevar a una reducción en los costos de lanzamiento.

Mientras tanto, SpaceX se prepara para su propia prueba orbital esta semana con su cohete Starship de próxima generación, intensificando la rivalidad en el espacio.

Este es el tercer intento de lanzamiento que se suspende para Blue Origin, que inicialmente había programado el vuelo para el 10 de enero, y luego para el domingo, pero se aplazó nuevamente debido a condiciones meteorológicas adversas. La misión New Glenn tiene como meta la obtención de certificaciones para realizar misiones de Seguridad Nacional para el Gobierno de Estados Unidos.

Con una primera etapa diseñada para ejecutar al menos 25 vuelos, Blue Origin espera operar el New Glenn como un avión comercial, aunque con un tipo de combustible más limpio y con un impacto ambiental significativamente menor.

En un desarrollo emocionante, Blue Origin planea recuperar la primera etapa del cohete aterrizándola en el dron marino Jacklyn, en un intento sin precedentes para la compañía, ya que SpaceX ha realizado aterrizajes en alta mar de forma rutinaria.

El New Glenn también llevará a bordo un prototipo financiado por el Departamento de Defensa llamado Blue Ring, que busca servir como plataforma para futuras exploraciones del sistema solar. Esto subraya la ambición de Blue Origin de expandir su capacidad más allá de lo que actualmente ofrece.

A diferencia de SpaceX, que ha dominado el sector aeroespacial en las últimas décadas, Blue Origin está en la carrera para ser una alternativa competitiva. Con contratos con la NASA para lanzar sondas hacia Marte y llevar a cabo el Proyecto Kuiper, que competirá contra Starlink de SpaceX, el futuro de Blue Origin es prometedor, aunque todavía debe superar estos retos técnicos.

Jeff Bezos, quien fundó Blue Origin en el año 2000, ha mantenido un enfoque más cauto y metódico en comparación con la filosofía de Musk de 'fallar rápido y aprender rápido'. Pero si el New Glenn logra despegar con éxito, ofrecerá a Estados Unidos una alternativa valiosa, aumentando la redundancia en sus sistemas de lanzamiento y preparándolos para cualquier fallo en otros proveedores.