En un clima de creciente descontento hacia los partidos políticos y una alarmante percepción de inseguridad, tanto en el oficialismo como en la oposición y el ámbito académico, se considera la posibilidad del ascenso de un liderazgo similar al de Nayib Bukele, presidente de El Salvador, en Chile.

Bukele, quien llegó al poder en 2019 tras una prometedora carrera política como alcalde, implementó el ‘Plan Control Territorial’ para enfrentar la violencia extrema de su país. Su estrategia ha demostrado cierto éxito, reduciendo la tasa de homicidios en un 51,3% en 2020. Sin embargo, su administración ha sido objeto de críticas debido a medidas que infringen derechos humanos y el deterioro de la democracia. Su Estado de Emergencia le permitió suspender derechos constitucionales, generando preocupaciones sobre la erosión de las libertades civiles.

Expertos chilenos coinciden en que el descontento social y la ineficacia evidente de las instituciones podrían abrir la puerta a un líder populista en Chile. Guillermo Holzmann, politólogo de la UCV, afirma que “hay un espacio para que surja un Bukele en Chile”, enfatizando la demanda por medidas concretas contra la criminalidad.

Marco Moreno, académico de la Universidad Central, añade que “la admiración por figuras autoritarias en América Latina surge de la frustración ciudadana y la búsqueda desesperada de seguridad”. Gilberto Aranda, de la Universidad de Chile, señala que está claro que la frustración ante la delincuencia puede intensificar el apoyo hacia candidatos con propuestas drásticas.

Dentro del oficialismo, algunos critican las encuestas que otorgan gran apoyo a Bukele, argumentando que la solución a la delincuencia no debe venir de un gobierno autoritario. Jaime Naranjo del PS afirma que “Chile ha sido vacunado contra regímenes como el de Pinochet”, sugiriendo que la historia reciente del país limitaría la aceptación de liderazgos similares.

Sin embargo, el debate no se agota en la crítica. Daniel Manouchehri, también del PS, advierte que las diferencias culturales entre Chile y El Salvador podrían no ser suficientes para descartar la aparición de un líder que resuene con la ciudadanía.

Miguel Moreno del Partido Radical advierte que, a pesar del desarrollo económico de Chile, hay un segmento de la población ansioso por cambios radicales que pueda propulsar un liderazgo similar al de Bukele, si la situación económica no mejora.

Las diversas opiniones manifestadas en el Congreso reflejan la preocupación generalizada ante un panorama de violencia creciente. El diputado Jorge Alessandri (UDI) sostiene que “no se puede perder más tiempo en el combate contra la delincuencia”, mientras que Andrés Longton y Johannes Kaiser llaman a una respuesta efectiva y al establecimiento de una figura que ofrezca una recuperación del orden.

Frente a este contexto, muchos se preguntan: ¿hasta qué punto la desesperanza social y el aumento de la criminalidad en Chile pueden preparar el terreno para un liderazgo autoritario al estilo Bukele? ¿Podría un 'sheriff' chileno surgir y tratar de hacerse con el poder bajo la promesa de seguridad, o la historia y cultura del país impedirán que se repita esta lección del pasado?