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Rusia reanuda ataques aéreos en Kiev mientras las tropas norcoreanas se despliegan en Kursk

2024-11-13

Autor: Benjamín

Este miércoles, un ominoso giro en el conflicto se materializó cuando Rusia llevó a cabo una serie de ataques con misiles en Kiev, marcando el fin de 73 días de una calma tensa. En un potente despliegue militar, Moscú lanzó misiles balísticos y de crucero, además de más de 90 drones, que impactaron en ocho regiones de Ucrania.

Las alarmas antiaéreas resonaron en Kiev durante horas, y los sistemas de defensa ucranianos lograron interceptar cuatro misiles y 37 drones. Además, se reportó que otros 47 drones fueron neutralizados gracias a interferencias electrónicas, aunque aún están evaluando los daños causados por los ataques.

Mientras todo esto ocurría, el Pentágono confirmó la presencia de tropas norcoreanas en el óblast de Kursk, enviadas como respaldo a la ofensiva de Vladimir Putin. Este territorio, ocupado por fuerzas ucranianas hace tres meses, ha visto un aumento de hasta 50,000 soldados rusos, lo que indica una intensificación de la presión militar sobre Ucrania.

Los soldados norcoreanos han estado siendo entrenados por las fuerzas rusas en diversas áreas, incluyendo artillería y el manejo de drones, lo que subraya una cooperación cada vez más estrecha entre ambas naciones. Según el portavoz adjunto del Pentágono, Vedant Patel, aunque hay esfuerzos por unir fuerzas, se enfrentan a desafíos importantes, incluida una barrera idiomática que complica la coordinación.

La situación en Kursk se ha convertido en un punto crítico, donde las fuerzas rusas buscan recuperar el control del territorio, mientras Ucrania se prepara para contener lo que podría ser una embestida masiva. Esta pugna se complica aún más con el apoyo militar de Estados Unidos, que, aunque firme, ve con preocupación la posible vuelta de Donald Trump a la presidencia, lo que podría cambiar las dinámicas de apoyo a Ucrania.

Este reciente aumento de la violencia y la inminente crisis militar en la región plantean interrogantes alarmantes sobre el futuro del conflicto y la estabilidad en Europa. Ciertamente, el panorama se oscurece, dejando a la comunidad internacional en estado de alerta.