El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, hizo una sorprendente declaración en la Asamblea General de la ONU, al afirmar que su país está ganando una guerra contra Irán, el cual, según él, está detrás de los ataques de la milicia chií Hezbollah contra el norte de Israel.

"Tengo un mensaje para los tiranos de Teherán: si nos atacan, los atacaremos. No hay lugar en Irán al que el largo brazo de Israel no pueda llegar, y eso se aplica a toda la región de Oriente Medio", advirtió Netanyahu, subrayando la firme postura de Israel ante las amenazas externas.

El líder israelí subrayó que su país no aceptará ser visto como "el carnero que va al sacrificio". "Los soldados de Israel han respondido con valentía y con un sacrificio heroico", enfatizó, transmitiendo un mensaje de resiliencia a la comunidad internacional.

"Y tengo otro mensaje para la Asamblea y el mundo: Estamos ganando", afirmó, desafiando las narrativas contrarias que han surgido en la esfera internacional.

Durante su intervención, Netanyahu también manifestó que no tiene intención de poner fin a las operaciones militares en Gaza, indicando: "No vamos a descansar hasta traer a casa a los rehenes restantes". Esto se produce en un contexto de creciente presión internacional para un alto el fuego en la región.

El primer ministro israelí hizo este viaje a la ONU en parte motivado por la serie de acusaciones que han surgido en los últimos días, dirigidas contra su país desde diversos foros internacionales. A su lado, trajo a familiares de rehenes y víctimas fatales de los recientes ataques de Hamas que fueron recibidos con aplausos por los presentes.

Cabe resaltar que, a medida que Netanyahu hablaba, muchos representantes de otros países abandonaron la sala, una representación del creciente descontento por la larga escalada de violencia.

En medio de su discurso, recordó los horrores del ataque del 7 de octubre de 2023, acusando a los militantes islamistas de atrocidades que, según él, no han sido suficientemente investigadas ni discutidas a nivel internacional.

Paralelamente a estas tensiones, un nuevo ataque aéreo israelí se llevó a cabo en Beirut, la capital del Líbano, dejando al menos un muerto y 50 heridos. El ejército israelí señaló que el bombardeo tenía como objetivo la "sede central" de Hezbollah, con informes insinuando que el ataque podría haber estado dirigido contra el líder de la milicia, Hasán Nasralá.

La situación en la región se torna cada vez más complicada, con amenazas de represalias y un ciclo de violencia que parece no detenerse, lo que pone en alerta a la comunidad internacional sobre el potencial estallido de un conflicto a gran escala en Oriente Medio.