En un acontecimiento que dejó una huella imborrable en la memoria de Chile, el 17 de septiembre del 2000, La Roja olímpica, liderada por el icónico Iván Zamorano, dio una alegría monumental al país durante las Fiestas Patrias. Ese día, el seleccionado chileno de fútbol, bajo la batuta del director técnico Nelson Acosta, logró una emocionante victoria sobre la selección de España en los Juegos Olímpicos de Sídney, un partido que quedaría en los anales de la historia.

El Desafío de Clasificación a Sídney

El camino a los Juegos Olímpicos no fue sencillo. Chile llegó a Sídney tras una dura batalla en el Preolímpico de Brasil, donde se enfrentó a Argentina el 6 de febrero de 2000. En la fase de grupos, La Roja fue emparejada en el Grupo B junto a las selecciones de España, Corea del Sur y Marruecos. La normativa permitía incluir a tres jugadores mayores de 23 años, por lo que Zamorano, Nelson Tapia y Pedro Reyes se unieron a un equipo que prometía grandes emociones. En su debut, que tuvo lugar el 14 de septiembre, Chile deslumbró al mundo al vencer a Marruecos con un contundente 4-1, destacando un espectacular triplete de Iván Zamorano y un gol de Reinaldo Navia. Sin embargo, el verdadero reto ya estaba a la vista: enfrentar a la potente España, que venía de ganar 3-0 a Corea del Sur.

La Sensacional Victoria en Fiestas Patrias

El 17 de septiembre, el ambiente era eléctrico. Nelson Acosta decidió alinear un equipo de alto calibre para enfrentar a España. A pesar de que el primer tiempo comenzó con presión para los chilenos, la historia cambió rápidamente cuando Rafael Olarra anotó con un cabezazo a los 23 minutos, gracias a una brillante asistencia de David Pizarro. A los 40 minutos, la conexión de Zamorano y Navia se hizo presente nuevamente, con la recuperación de Iván que permitió a Reinaldo marcar el 2-0, desatando la celebración entre los compatriotas. La segunda mitad se tornó más intensa cuando, a los 53 minutos, España anotó y puso el marcador 2-1. La tensión era palpable, pero la dupla Zamorano y Pizarro volvió a brillar en el minuto 89, creando la jugada que culminó con un golazo de Navia, sellando el 3-1 que llenó de alegría a todo un país. "¡Así somos los grandes!", declaró con orgullo Navia tras el pitido final. Las calles de Chile, y hasta en Australia, se llenaron de cuecas y gritos de victoria.

El Camino hacia la Medalla de Bronce

Pese a caer ante Corea del Sur en su último partido de la fase de grupos, La Roja se clasificó en primera posición de su grupo. En cuartos de final, Chile arrasó a Nigeria con un 4-1, pero fue detenido en semifinales por Camerún, que los venció 2-1. El corazón chileno no se desanimó, y el equipo se alzó nuevamente en el partido por el tercer puesto, donde vencieron a Estados Unidos 2-0 el 29 de septiembre, asegurando así una histórica medalla de bronce. Esa victoria no solo reforzó la pasión por el fútbol en Chile, sino que también unió a los chilenos en el extranjero, donde los actuales residentes celebran cada año recordando esa jornada gloriosa.