Ciencia

¿Qué hay detrás de la búsqueda del sentido de la vida?

2025-03-10

Autor: Mateo

En busca de la conexión

El Dr. en Antropología Cognitiva, especialista en etnomusicología, etnopsicología y chamanismo, ha dedicado su vida al estudio de estados de conciencia expandidos, acumulando más de 30 libros sobre estos temas. Desde la década de los 80, su investigación ha estado profundamente conectada con el uso de enteógenos en diversas culturas, adaptándolos a la psicoterapia occidental. Ha sido un pionero en Europa en la investigación científica sobre la ayahuasca, quien afirma: “Es la medicina que puede curar la neurosis en Occidente.”

En 2004 fundó el Campus Can Benet Vives, un espacio donde se ofrecen cursos para el desarrollo armónico del ser humano y donde se pueden experimentar estados de conciencia expandidos. Este tipo de cursos también se llevan a cabo en la Casa Etno-Ahuano, ubicada en la selva amazónica.

A lo largo de sus cuatro décadas de carrera atendiendo a pacientes, ha notado una tendencia constante: “No he encontrado un solo caso que no tenga como raíz la falta de vida espiritual o un sentido claro en su existencia.”

La búsqueda de sentido es esencial, pero el Dr. indica que no se trata de encontrar una versión ideal de uno mismo. El verdadero cambio radica en la aceptación personal; un proceso que, según él, es un trabajo diario, ya que los altibajos emocionales son constantes. “La gran enfermedad contemporánea”, dice, “es preguntarse el porqué en lugar de para qué estamos aquí.”

Su primera experiencia trascendental ocurrió a los 15 años mientras meditaba en la naturaleza, un momento que lo marcó y que decidió investigar más profundamente. Tras años de estudio, se trasladó a la Amazonia para trabajar con los shuar, una tribu conocida por su intensa relación con las sustancias psicoactivas.

Allí, el Dr. observó la sorprendente forma en que los indígenas se relacionan: la falta de expresión afectiva entre ellos contrasta con su capacidad de reír y disfrutar. Su experiencia con la ayahuasca le reveló que la trascendencia y el uso de estas sustancias fortalecen la conexión entre las personas, creando vínculos profundos sin necesidad de afirmaciones explícitas.

“El entendimiento que he obtenido en estados expandidos de conciencia me ha enseñado que todo es energía”, explica. “La materia es una ilusión, como dicen los físicos cuánticos, y nuestra tarea es generar conciencia.” Según sus observaciones, la mayoría de las personas viven atrapadas en un ciclo de acción constante y alienación, lo que les aleja de la contemplación y la verdadera consciencia.

Uno de sus mensajes más potentes es sobre la atención: “La atención es nuestra energía vital. Donde pongo mi atención, pongo mi energía.” El Dr. revela que en un mundo lleno de distracciones, es esencial cultivar la atención consciente, un proceso que requiere entrenamiento y esfuerzo.

Además, el Dr. menciona que muchas tradiciones herméticas han aconsejado dividir la atención entre el mundo exterior y el interior. Esta práctica de observar el entorno mientras se escucha a uno mismo puede ser clave para una vida más consciente y plena.

El Dr. también se refiere a la ayahuasca como una herramienta poderosa que, si se consume adecuadamente, puede conectar a las personas con su esencia más profunda: “Es un psicointegrador”, dice. La pérdida de sentido en la vida, que él identifica como la raíz de la neurosis contemporánea, es un problema sistémico, y no solo individual.

Finalmente, el experto enfatiza que debemos trabajar en la forma en que nos relacionamos con la vida misma, ya que lo único que realmente podemos cambiar es nuestra actitud hacia las cosas. Asegura que la falta de amor en la infancia es una fuente común de problemas psicológicos, pero que esta puede ser sanada a través del amor hacia uno mismo y hacia todo lo que somos.

“Amor no es una simple emoción, es una energía que une”, concluye, recordándonos que la esencia del universo reside en esa conexión entre todos los seres.