La Ministra de Bienes Nacionales, Marcela Sandoval, ha sido objeto de críticas después de que el Gobierno anunciara el fin del proceso de adquisición de la emblemática casa del expresidente Salvador Allende en Providencia. Sin embargo, en un extenso punto de prensa, la ministra evitó la autocrítica y defendió la transparencia del proceso.

Durante la conferencia, Sandoval explicó que la iniciativa era parte de un proyecto patrimonial incluido en la Ley de Presupuesto 2024, aunque se omitieron detalles sobre el manejo de los tiempos y etapas administrativas que llevaron a este desliz. “Este proceso ha sido llevado a cabo en distintas etapas y forma parte de una iniciativa patrimonial que está enmarcada en la Ley de Presupuesto 2024”, puntualizó, insistiendo en que cada fase se realizó de acuerdo a la legalidad vigente, incluyendo las tasaciones necesarias.

La decisión de abortar la compra, según la titular de la cartera, se debe a la compleja estructura de copropiedad de la comunidad de herederos de Allende. “El análisis que hemos hecho concluye que en las condiciones actuales no podemos adquirir esta residencia”, afirmó, dejando en claro que la situación actual de la propiedad hizo inviable su compra.

Pero el escándalo no queda ahí. Mientras defendía la gestión, Sandoval insinuó que futuras iniciativas de adquisición seguirán apareciendo. “Hoy estamos en condiciones de decir que con la familia Aylwin podemos continuar, pero con la comunidad de herederos de la familia Allende no es posible”, reveló.

La falta de autocrítica ha generado aún más dudas sobre la gestión de la ministra. En su defensa, aseguró que cada fase del proceso fue evaluada rigurosamente, pero ante las preguntas sobre errores en la gestión, la ministra mantuvo una postura desafiante. “Lo más importante es poner en valor la memoria de los expresidentes. Hoy hemos considerado que no podemos continuar con esta adquisición”, expresó.

Sobre las críticas que surgieron por comunicar públicamente la intención de compra antes de completar las etapas administrativas, Sandoval argumentó que la comunicación inicial era para informar sobre la iniciativa patrimonial. “Lo que se comunica en una primera instancia es la decisión de adquirir las residencias de Aylwin y Allende”, agregó, aunque se percibe una falta de planificación.

Además, su respuesta a las acusaciones de conflictos de interés relacionados con la figura de Fernán Fernández fue evasiva, reafirmando que el análisis había permitido tomar decisiones acertadas.

A pesar de la controversia, Sandoval insistió en que este tipo de proyectos no son aislados y son parte de un esfuerzo por preservar el patrimonio histórico y cultural de Chile. “Hemos adquirido viviendas no solo vinculadas a la historia, sino también a los derechos humanos y la cultura”, aseguró.

Finalmente, la ministra reafirmó el compromiso del Gobierno con la preservación del legado de los expresidentes, aunque muchos se preguntan si esta vez fue un paso en falso o una lección aprendida. ¿Podrán rectificar antes de que sea demasiado tarde? ¡La respuesta podría cambiar el rumbo del patrimonio nacional!