Quincy Promes, un delantero neerlandés de 33 años, se destacó entre 2014 y 2021 con 50 apariciones, siete goles y siete asistencias en la Selección de Países Bajos, convirtiéndose en una figura clave en la Eurocopa 2020. Sin embargo, su trayectoria dio un giro oscuro, que lo llevó a enfrentarse con la justicia tras un intento de asesinato y una condena por narcotráfico.

Con un talento indiscutible, Promes tuvo un inicio prometedor en el fútbol, formándose en la academia del Ajax antes de debutar en la Eredivisie con el FC Twente. Su desempeño lo llevó a ser convocado a la selección y, posteriormente, a fichar por el Spartak Moscú, donde se convirtió en un pilar fundamental del equipo. Regresó al Ajax con un desempeño sobresaliente, destacándose en la Eurocopa 2020 y convirtiéndose en uno de los jugadores más admirados.

Sin embargo, en 2021, su vida personal comenzó a desmoronarse. En un altercado familiar, Promes apuñaló a su primo, lo que resultó en serias lesiones y una condena de 18 meses de prisión. Sorprendentemente, continuó jugando y entrenando durante parte de su proceso judicial, apoyado por su club y entrenador, Erik Ten Hag.

A medida que sus problemas legales se agravaban, Promes fue vinculado a un caso de narcotráfico, donde se le acusó de importar 1.350 kilos de cocaína ocultos en un cargamento de sal marina. La droga, que salió de Brasil, fue interceptada en el puerto de Amberes y valorada en más de 80 millones de dólares. Esta condena provocó que fuera arrestado en los Emiratos Árabes Unidos tras una orden internacional, pero, por motivos desconocidos, recuperó su libertad y se convirtió en fugitivo.

Críticamente, Promes también mostró indicios de asumir un estilo de vida alejado del deporte, involucrándose en la música urbana y la moda, adoptando una imagen más relacionada con el narcotráfico. A pesar de su situación, en septiembre de 2024, el United FC de la Primera División de los Emiratos Árabes anunció su contratación, sorprendiendo a muchos en el mundo del fútbol.

Su regreso al fútbol ahora cobra una nueva dimensión, dejando atrás un pasado tumultuoso y brindándole la posibilidad de redimirse en el deporte. Las circunstancias de su vida reflejan un contraste escalofriante entre el atleta talentoso que fue y la persona en la que se ha convertido, sugiriendo que la historia de Quincy Promes no ha terminado y que aún tiene mucho que demostrar en el terreno de juego.