La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha desencadenado una oleada de incertidumbre y desesperación entre los migrantes que aguardan en la frontera con México. Desde el pasado 20 de enero de 2025, cuando Trump asumió el cargo, su primera acción fue la eliminación del CBP One, la aplicación implementada bajo la administración de Joe Biden para facilitar el ingreso de extranjeros que buscan asilo. Esta decisión abrupta dejó a miles de migrantes en un limbo total, a merced de las inclemencias del tiempo y sin rumbo claro.

Odalys Fundicheli, una cubana de 62 años, se encontraba junto a su nieta de 14 años en la frontera con el sueño de reunirse con su hija en Dallas. "La aplicación estaba funcionando, ¿por qué cancelarla justo ahora?" exclamó con frustración al ver cómo su esperanza se desvanecía en cuestión de horas. Para muchos, la situación se tornó aún más desesperante, pues la descripción de un viaje arduo, que abarcó meses y atravesó numerosas fronteras, culminaba en una puerta cerrada.

Josée Louiza, quien llegó de Venezuela, experimentó la angustia de haber viajado durante nueve meses solo para enfrentar este nuevo obstáculo. "Nunca pensé que esto podría suceder. Todo lo que hemos pasado... por el desespero ahora estamos atrapados aquí en México". La situación es alarmante: el país azteca les puede conceder un tiempo limitado antes de considerarlos indocumentados.

El frío de la frontera no solo se siente en la temperatura; el clima de incertidumbre y miedo aumentaba a medida que cientos de migrantes se agolpaban en ciudades como Ciudad Juárez, buscando refugio en iglesias o comedores comunitarios, mientras repetían la misma súplica: "¿Alguien puede ayudarnos?". El padre Pat Murphy, director de la Casa del Migrante de Tijuana, expresó su preocupación, anticipando que la llegada de más migrantes, junto con la posibilidad de masivas deportaciones desde el norte, podría desatar una crisis aún mayor.

Trump ha anunciado su intención de reinstaurar políticas como el programa 'Quédese en México' (MPP), que podría forzar a muchos a esperar en condiciones deplorables en México mientras intentan conseguir una cita para su ingreso a Estados Unidos. Esta política ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos que señalan que, anteriormente, a muchos migrantes se les negaron las condiciones adecuadas de seguridad y atención durante su espera.

En reacción a la situación, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha propuesto un nuevo plan para ayudar a los migrantes mexicanos que regresen de EE.UU., ofreciendo apoyo humanitario básico y empleo. Sin embargo, el futuro sigue siendo incierto y la comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrollan las tensiones en la frontera entre los dos países.

Mientras tanto, decenas de familias siguen atrapadas entre sueños y promesas incumplidas, cuestionándose si alguna vez encontrarán su camino hacia el sueño americano.