¡Los astros te engañan! Lo que no ves en el cielo
2024-12-26
Autor: Isidora
La correcta localización de los cuerpos celestes es fundamental para entender el universo, especialmente cuando se trata de asteroides que podrían representar un peligro para la Tierra.
Esto se debe a que la luz que emiten estos objetos no viaja en línea recta, sino que se curva bajo la influencia de un campo gravitatorio intenso, como el del Sol. Este efecto es más evidente cuando los rayos de luz se acercan a un objeto masivo, pero incluso a grandes distancias, las desviaciones pueden ser significativas, sobre todo en estudios de astrometría precisos.
Un conocimiento profundo de las posiciones iniciales de los astros permite describir con mayor exactitud sus órbitas alrededor del Sol, lo que es vital no solo para cuerpos menores como asteroides, sino también para exoplanetas que orbitan estrellas lejanas.
Curvando la luz: el legado de Newton y Einstein
Desde la época de Newton, se ha comprendido que la luz se desvía al pasar cerca de campos gravitatorios. Johan Georg von Soldner, un científico alemán, hizo el primer cálculo sobre el ángulo de desviación de la luz estelar cerca del disco solar, obteniendo un notable 0.87 segundos de arco. Sin embargo, con el surgimiento de la teoría de la relatividad general de Einstein, este valor se duplicó a 1.75”, un hallazgo que fue confirmado por el astrónomo británico Arthur Eddington durante un famoso eclipse solar en 1919.
Eddington sugirió que este fenómeno de la curvatura de la luz podría compararse con los espejismos, que son el resultado de la refracción de la luz en capas de aire con diferentes densidades.
Un avance en la astrofísica moderna
Un nuevo estudio en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society propone un método teórico que mejora la precisión en la localización de objetos celestes, utilizando lo que se llama el Material Medium Approach (MMA). Este método tiene su origen en los años 20 y se enfoca en calcular el ángulo de desviación de la luz en campos gravitatorios como el del Sol.
Desentrañando las órbitas de los asteroides
Las aplicaciones de este avance son múltiples, pero una de las más destacadas es la mejor determinación de las órbitas de los asteroides. Por ejemplo, en los casos de los asteroides Apofis y Dimorphos, los registros muestran desplazamientos significativos entre las posiciones observadas y las calculadas. Para Apofis, las discrepancias son menores, pero en el caso de Dimorphos, podrían tener consecuencias importantes para el cálculo de su órbita.
¿Y qué hay de Próxima Centauri?
Más allá de nuestro sistema solar, este método también se aplica al posicionamiento de Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro Sol, y su exoplaneta, Próxima Centauri b. Según nuestros cálculos, cualquier error en la posición de esta estrella sería notable y requeriría corrección para un estudio preciso de su órbita.
Mapas más precisos de galaxias distantes
Además, la investigación tiene potencial para mejorar la localización de galaxias distantes que son distorsionadas por la gravedad de grandes masas intermedias. Con la llegada del telescopio espacial Euclid, tal precisión es más crucial que nunca para mapear la distribución de la masa en los cúmulos galácticos.
En conclusión, lo que percibimos en el cielo no siempre es lo que parece. Cada avance en la precisión de nuestros cálculos acerca de los objetos celestes nos acerca un paso más hacia la comprensión completa del vasto cosmos que nos rodea.