La presión sobre los equipos de seguridad del Gobierno de Chile se acentúa ante la posibilidad de una acusación constitucional contra la ministra del Interior, Carolina Tohá. Este escenario surge en medio de una creciente crisis de seguridad y el aparente 'nulo apoyo' del Ejecutivo hacia el general director de Carabineros, Ricardo Yañez, quien fue destituido antes de su formalización.

Ayer, durante la tarde, la bancada de Republicanos en la Cámara de Diputados amenazó al Presidente Gabriel Boric con interponer una acusación constitucional si no se removían rápidamente a las actuales autoridades del ministerio del Interior. En declaraciones del jefe de bancada, Luis Sanchez, urgieron al mandatario a actuar antes del lunes; de lo contrario, iniciarían la presentación del libelo acusatorio.

Para llevar a cabo la acusación se requieren al menos 10 firmas de parlamentarios. Sin embargo, Republicanos cuenta con 13 diputados, lo que les permite iniciar este proceso por su cuenta.

La gran incógnita ahora es si conseguirán el apoyo de otros grupos parlamentarios de la oposición. El diputado y secretario general de la UDI, Juan Antonio Coloma, ha señalado que si no se observan cambios significativos en la estrategia del Gobierno, avanzarán con la acusación. La situación está provocando un clima tenso en la política chilena, donde la seguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la población.

Por otro lado, desde el oficialismo se han defendido los actos de la ministra Tohá. El diputado socialista, Marcos Ilabaca, criticó lo que él considera 'cálculos políticos' detrás de esta confrontación de la oposición respecto al Gobierno. A medida que se desarrollan los acontecimientos, la atención se dirige a las futuras decisiones de La Moneda y la estrategia que adoptará ante el creciente clamor por cambios en la política de seguridad del país.

La cuestión de la seguridad sigue generando debates intensos en la sociedad chilena, lo que hace imperativo que el Gobierno encuentre soluciones efectivas para tranquilizar a la ciudadanía y evitar un mayor desgaste político. ¿Logrará la oposición su objetivo con la presión actual? ¿O será capaz el oficialismo de mantener el control sobre su administración en medio de la crisis?