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La desgarradora historia de un hombre que llora la pérdida de 170 seres queridos en el devastador terremoto de Myanmar

2025-04-03

Autor: Joaquín

La tragedia golpeó a Sagaing, Myanmar, el pasado viernes, cuando cientos de musulmanes se congregaban para realizar sus últimas oraciones del viernes durante el sagrado mes de Ramadán, a solo días del Eid, que marca el final de este mes. Lo que comenzó como un momento espiritual se convirtió en una pesadilla cuando, a las 12:51 hora local, un poderoso terremoto sacudió la región, derrumbando tres mezquitas, incluyendo la más grande, Myoma.

Soe Nay Oo, el ex imán de la mezquita de Myoma, sintió el temblor desde la ciudad tailandesa de Mae Sot, a cientos de kilómetros de distancia. Su investigación sobre el desastre le reveló una devastadora noticia: alrededor de 170 de sus familiares, amigos y miembros de su antigua congregación perdieron la vida, la mayoría dentro de las mezquitas, donde se encontraban rezando. Este trágico evento afectó a una comunidad musulmana unida, ya que muchas de las víctimas eran figuras prominentes.

"Pienso en todas las personas que perdieron la vida, incluidos niños pequeños. No puedo contener las lágrimas al hablar de esto", comentó Soe Nay Oo a la BBC. Hasta ahora, más de 2,700 personas han muerto a consecuencia del terremoto y se espera que este número aumente a medida que los rescatistas continúan sacando cuerpos de los escombros.

La comunidad musulmana de Sagaing, que coexiste en una región conocida por sus antiguos templos budistas, había estimado inicialmente que 500 musulmanes murieron en las mezquitas durante el desastre. Testigos presenciales mencionaron que la calle Myoma fue la más afectada, donde muchas casas también se derrumbaron.

El caos llevó a cientos de personas a buscar refugio en la carretera, enfrentándose a la escasez de alimentos y con el temor de regresar a sus hogares debido a posibles réplicas. En la mezquita de Myoma, más de 60 individuos perdieron la vida en el colapso, y se han estado hallando más cuerpos desde entonces, revelando los intentos desesperados de los fieles por escapar durante el desastre.

Soe Nay Oo, ahora en Tailandia, se siente desgarrado ante la pérdida de seres queridos, incluyendo familiares cercanos que fueron fundamentales en su vida. Entre los fallecidos, una prima de su esposa cuya muerte describió como "el dolor más intenso" que ha soportado en sus 13 años como imán.

La situación es aún más complicada por la persistente violencia en el país, con la junta militar continuando sus bombardeos en ciertas áreas de Sagaing. Mientras los musulmanes intentan trasladar los cuerpos a Mandalay, el único puente que conecta ambas ciudades es un punto crítico en esta lucha por un entierro adecuado, ya que muchos cuerpos no se han podido enterrar dentro del periodo tradicional que exige la fe islámica.

"Es desgarrador no poder dar el último adiós a nuestros seres queridos de la manera que merecen", afirmó Soe Nay Oo. La comunidad está en un estado de duelo profundo; algunos sobrevivientes enfrentan un trauma indescriptible e incluso solicitan oraciones, incapaces de expresar su pérdida con palabras.

Con el corazón roto, Soe Nay Oo se ha comprometido a coordinar esfuerzos de rescate para ayudar a su comunidad, a pesar del dolor y la angustia que siente por no poder estar físicamente presente durante la tragedia. Mientras lucha por encontrar paz, sus pensamientos permanecen en aquellos que ha perdido y en los que aún no ha podido localizar, incluyendo a sus propios hermanos.

Esta es una historia de pérdida, desesperación y un llamado a la esperanza en medio de la devastación. La comunidad musulmana de Myanmar se une para apoyarse mutuamente en este tiempo de crisis, y aunque el camino por delante es incierto, el espíritu de unión y resistencia sigue siendo fuerte.