Lenny Kravitz, el indiscutible ícono del rock neoyorquino, volvió a deslumbrar al público chileno durante su reciente actuación en el Movistar Arena. A sus 60 años, el cantante y multiinstrumentista sigue desafiando el paso del tiempo, tanto en su apariencia como en su potente desempeño musical. Su torso musculoso y su energía desbordante son prueba de que la juventud puede ser eterna, al menos cuando se trata de este maestro del rock.

La noche del miércoles, Kravitz se presentó junto a su banda, ofreciendo un espectáculo que, sin dudas, quedará en la memoria de los asistentes como uno de los mejores del año en Santiago. El telón se levantó con melodías de bandas clásicas como los Rolling Stones y Cream, creando una atmósfera intensa que preparó al público para la explosión musical que estaba por venir.

Desde el primer acorde, el sonido fue abrumador y envolvente. Cada instrumento se escuchaba con claridad, desde la batería de Jaz Kayser que retumbaba con fuerza, hasta los sintetizadores que daban un toque épico a la melodía. La primera interpretación de la noche, “Are You Gonna Go My Way”, dejó a todos con ganas de más, demostrando que Kravitz sigue siendo un maestro del escenario.

Su repertorio incluyó grandes éxitos y canciones de su nuevo álbum “Blue Electric Light”, lanzado en mayo. La pieza “TK421”, un homenaje no disimulado a leyendas como Prince y James Brown, hizo vibrar aún más al público. Kravitz, con su característica actuación, se quitó la chaqueta, provocando gritos de emoción entre los asistentes.

Uno de los momentos más memorables fue cuando, levantando su guitarra Gibson Les Paul, expresó su felicidad por estar en Chile: “Hoy es una celebración, un día más para amar”. Esta conexión con el público fue palpable durante su interpretación de “I Belong to You”, donde su voz seductora y habilidades de guitarra dejaron a todos boquiabiertos.

A lo largo del espectáculo, Kravitz alternó entre momentos de calma y explosiones de energía, logrando que el público no dejara de cantar y bailar. Con temas como “Stillness of Heart” y el clásico “Believe”, la audiencia se entregó por completo, coreando cada frase con euforia y emoción.

Este concierto no solo fue una celebración de su carrera, sino un recordatorio de su impacto en la música rock y pop. La poderosa interpretación de “American Woman” y la conmovedora “Fly Away” concluyeron el concierto, dejando a los fans deseando más.

La capital chilena sigue siendo un destino crucial en la gira internacional de Kravitz, y su retorno confirma que pocos artistas pueden ofrecer una experiencia tan magnética y vibrante. Con cada nota, Lenny Kravitz demostró que el verdadero rock nunca muere y que su legado, tanto musical como personal, perdurará por generaciones.