A principios de este mes, y tras el desenlace de la versión chilena, la casa de Gran Hermano ha vuelto a abrir sus puertas, esta vez para la edición argentina del popular reality show.

Aunque los concursantes solo llevan tres semanas en el encierro, ya están dando de qué hablar. El último episodio generó una ola de debate después de que una de las participantes sufriera un desmayo en plena transmisión en vivo.

Martina Pereyra, una modelo de 24 años oriunda de La Plata, fue la protagonista del incidente. Durante la transmisión, mientras los jugadores conversaban en la cocina, Martina de repente se desplomó. Los demás participantes, al darse cuenta, apresuraron a ayudarla, mientras otros iban al confesionario a solicitar asistencia médica.

El momento fue tan impactante que, poco después de que la imagen del desmayo se transmitiera, el programa decidió cortar las transmisiones. Esto dejó a los televidentes llenos de dudas y especulaciones. Muchos acusaron a la producción de negligencia, apuntando que el desmayo de Martina podría estar relacionado con la falta de alimentos en la casa.

Horas antes de su desmayo, la concursante ya había expresado su malestar, quejándose de hambre al declarar: “Desayuné una rodaja de pan, me estoy muriendo de hambre”, lo que aumentó la preocupación entre los espectadores.

Sin embargo, tanto la producción del reality como la familia de Martina se apresuraron a desmentir esta acusación. Según informes de Clarín, la producción aseguró que el desmayo se debió a “un golpe de calor”, aclarando que Martina ya ha sido atendida por médicos y que se encuentra bien.

En un comunicado, la producción enfatizó: “No tiene nada que ver con la alimentación, los chicos tienen comida dentro de la casa. En ningún momento pondríamos en riesgo la salud de los participantes. De hecho, se les anticipó parte de la compra de hoy para que no les falte.”

Este incidente ha generado no solo preocupación, sino también un aluvión de reacciones en redes sociales, donde los usuarios han pedido mayor transparencia por parte de la producción en cuanto a la alimentación de los concursantes. Muchos se preguntan si esta situación podría afectar el desarrollo del programa y la salud de los participantes a largo plazo. Las cámaras siguen rodando y los ojos están puestos en cómo se gestionará esta crisis. ¿Qué más sorpresas nos deparará Gran Hermano Argentina?