Durante años, muchos chilenos han vivido la curiosa experiencia de abrir el refrigerador, esperando encontrar su dulce cassata de helado, para en su lugar descubrir porotos congelados. Este fenómeno ha sido considerado un símbolo del ingenio nacional, especialmente el de las madres, que siempre se las ingenian para conservar la comida.

Pero, ¿qué sucedería si esta escena se trasladara a un supermercado? ¿Cómo reaccionarían los clientes al ver porotos en un envase que normalmente alberga helado? Estas son las interrogantes que un grupo de estudiantes de cuarto año de Publicidad de la Universidad de Santiago (Usach) se propuso explorar en su innovador proyecto "Marcas de Culto".

Con el objetivo de medir la reacción de los consumidores, los estudiantes tomaron la iniciativa de crear una campaña digital que introdujera una marca de alimentos en la que los famosos porotos deberían ser parte de los helados. Sin contactar previamente a la empresa, los estudiantes trabajaron de manera creativa en la conceptualización y producción de su campaña.

El grupo, compuesto por Samuel Bravo, Grace Pardo, Francisca González, Jennifer López, Luis Moreno y Paz Leal, eligió trabajar con la marca Wasil, reconocida por su variedad de productos alimenticios. Según Samuel Bravo, esta elección fue impulsada por una conexión emocional: “Los productos Wasil siempre estuvieron en nuestra vida universitaria como una solución rápida para comer.”

A lo largo de tres semanas, los estudiantes se dedicaron a crear maquetas, realizar diseños de envases y difundir la campaña a través de redes sociales, utilizando plataformas de memes para alcanzar un amplio público. El resultado fue sorprendente: en menos de tres días, las publicaciones alcanzaron más de 2,9 millones de visitas. Muchos comentaristas recordaron las historias de sus madres o abuelas guardando sobras en envases de helado, avivando la nostalgia colectiva.

La viralización de la campaña captó la atención de la marca Wasil, que reconoció la creatividad de los estudiantes y los invitó a conectarse. “Fue impresionante ver cómo la gente se entusiasmó y empezó a preguntar dónde podían conseguir esos falsos envases para obsequiárselos a sus mamás,” comenta Nicolás Araya, profesor de Direccion Creativa en Usach.

En un giro emocionante, Wasil publicó en sus redes buscando a los creadores de la idea, prometiendo un regalo a quien pudiera identificar al genio detrás del proyecto. La respuesta de los estudiantes no tardó en llegar, y a través de su cuenta @La.Wassata, comunicaron su interés en hacer de esta idea una realidad, generando aún más interés por parte del público.

Este primer intento de fusionar nostalgia y publicidad ha demostrado que, mediante la creatividad académica, es posible conectar con el público de maneras innovadoras y significativas. ¿Quién pensaría que un simple envase de helado podría convertirse en un símbolo de la cultura chilena?

Así, el ingenio de estos estudiantes no solo ha resaltado la relación entre la comida y el recuerdo familiar, sino que también ha abierto un emocionante camino para futuras campañas publicitarias que busquen conectar con lo emocional y lo cotidiano.