Desde el mes pasado, Corea del Sur se encuentra sumida en un caos político sin precedentes. El presidente suspendido, Yoon Suk-yeol, se ha atrincherado en la residencia presidencial, apoyado por un gran número de agentes de seguridad que han bloqueado todos los intentos de arresto.

El sábado, miles de ciudadanos se congregaron en las calles de Seúl, algunos exigiendo la detención del presidente, mientras que otros defendían su permanencia en el cargo, argumentando que su arresto podría comprometer la seguridad del país frente a Corea del Norte.

Uno de los manifestantes, Kim Chul-hong, de 60 años, advirtió: “Detener a Yoon podría debilitar nuestras alianzas con Estados Unidos y Japón. Proteger al presidente es vital para nuestra seguridad nacional.”

Mientras tanto, miembros de la Confederación Coreana de Sindicatos intentaron marchar hacia la residencia presidencial, pero fueron interceptados por la policía, lo que generó enfrentamientos y dejó a algunos heridos y detenidos.

Yoon enfrenta severas acusaciones que incluyen la declaración de una ley marcial el 3 de diciembre, un acto que podría llevarlo hasta a enfrentar cargos de ‘insurrección’ con penas que varían desde cadena perpetua hasta la muerte. De llevarse a cabo su arresto, sería el primer presidente en funciones en Corea del Sur en ser detenido.

Los investigadores solicitaron apoyo al nuevo presidente en funciones, Choi Sang-mok, para llevar a cabo la orden de arresto, que se ha visto interrumpida debido a un tenso enfrentamiento con el equipo de seguridad presidencial, quienes intervinieron para evitar que Yoon fuera capturado, alegando que su vida estaba en peligro.

Sin embargo, la carta de detención está en un limbo, ya que expira pronto, lo que pone más presión sobre la Oficina de Investigación de la Corrupción para actuar antes de que se agote el tiempo. Si no logran arrestarlo, podrían solicitar una nueva orden en el futuro.

Con el juicio de destitución programado para comenzar el 14 de enero, la situación política en el país es más tensa que nunca. Los abogados de Yoon han calificado la orden de arresto como “ilegal e inválida”, prometiendo acciones legales en respuesta.

Esta inestabilidad ha llamado la atención internacional, especialmente desde Estados Unidos, que ha instado a los líderes políticos surcoreanos a trabajar en un “camino estable” hacia el futuro. El secretario de Estado saliente de EE. UU., Antony Blinken, tiene programadas conversaciones en Seúl con miras a evaluar las relaciones entre Corea del Sur y Estados Unidos, así como la creciente amenaza de Corea del Norte.

La situación en Corea del Sur es más que un simple drama político; podría determinar el futuro de la estabilidad en la región. ¿Qué seis escenarios posibles se avecinan si Yoon es arrestado? ¡No te lo pierdas!