Investigadores han realizado un hallazgo sorprendente que cambiará nuestra comprensión sobre cómo el oro asciende desde las profundidades de la Tierra. A diferencia de lo que se pensaba previamente, ahora se ha demostrado que el azufre reducido es el verdadero encargado de transportar el oro a la superficie en fluidos magmáticos, dejando atrás la idea de que los radicales de azufre eran los protagonistas de este proceso.

Un estudio revolucionario publicado en Nature Geoscience mostró que el oro puede alcanzar concentraciones de hasta 0,14% en peso gracias al ion HS-, una forma de azufre reducido. Esto es diez veces más de lo que los modelos anteriores habían previsto, abriendo nuevas vías para entender la formación de depósitos auríferos.

Los investigadores se asombraron al descubrir que en condiciones reductoras, la solubilidad del oro se incrementa exponencialmente, llegando a 1.420 microgramos por gramo. Este dato es impresionante si se considera que en condiciones oxidantes, la cifra se reduce a solo 129 microgramos. Estos hallazgos también podrían arrojar luz sobre los enormes depósitos de oro recientemente encontrados en China, que podrían haberse formado bajo estas condiciones atmosféricas específicas.

Para llegar a estos resultados, el equipo utilizó un innovador sistema que combina espectroscopía Raman con un prototipo de recipiente a presión, capaz de simular las condiciones que se encuentran en la corteza terrestre a altos niveles de temperatura y presión. Este avance tecnológico permitió a los científicos observar las especies de azufre bajo condiciones magmáticas por primera vez, revelando así la importancia de la desgasificación del azufre magmático en el transporte y oxidación del magma.

Los resultados también confirman que especies como el dióxido de azufre (SO2) y el sulfuro de hidrógeno (H2S) son predominantes en los gases volcánicos, resaltando el papel crucial del ion HS- en el ciclo global del azufre. Esto no solo afecta a la formación de depósitos minerales, sino también al clima terrestre, generando un impacto más amplio en nuestro planeta.

La única buena noticia es que, ante este nuevo conocimiento, la exploración minera está a punto de reinventarse. Los investigadores sugieren que las zonas con condiciones reductoras deben convertirse en los nuevos objetivos para la búsqueda de oro. Además, este conocimiento no solo se limita al oro; también plantea nuevas perspectivas para otros metales calcófilos como el platino, responsables de enriquecer nuestras reservas minerales.

¡El fuego ha hablado! Con esta nueva investigación, el mundo de la minería podría estar al borde de una revolución, y los buscadores de oro tal vez encuentren un nuevo método infalible para localizar los depósitos más ricos de este preciado metal. Prepárate, porque el futuro de la minería se escribe con oro!