Ciencia

¡Increíble! ¿Cómo logran las focas evitar el ahogamiento en las profundidades marinas?

2025-03-26

Autor: Martina

Mientras los buzos humanos se enfrentan a riesgos mortales al sumergirse sin tanques de oxígeno, las focas han desarrollado una sorprendente habilidad que asombra a la comunidad científica. Gracias a su extraordinaria fisiología, estos mamíferos marinos son capaces de navegar las profundidades del océano con una precisión que aún fascina a los investigadores. Un reciente informe de The Economist ha explorado estas capacidades, resaltando las implicancias de este descubrimiento para el futuro.

Un estudio innovador liderado por el biólogo marino Chris McKnight de la Universidad de St. Andrews, publicado en la revista Science, proporciona evidencia robusta sobre cómo las focas pueden detectar los niveles de oxígeno en su sangre y ajustar su comportamiento en el agua.

A diferencia de los seres humanos, que reaccionan al aumento del dióxido de carbono (CO₂) como señal de alarma, las focas poseen lo que algunos científicos describen como un "sexto sentido" para el oxígeno, lo que les permite planificar sus inmersiones y salir a la superficie antes de que su reserva de oxígeno se agote.

El hallazgo más impactante del análisis indica que las focas grises (Halichoerus grypus) no solo pueden percibir el oxígeno en su sangre, sino que esa información les permite tomar decisiones estratégicas mientras están bajo el agua. En los seres humanos y muchas aves, el aumento de CO₂ en la sangre activa el reflejo respiratorio; sin embargo, las focas ignoran este estímulo y ajustan su comportamiento solamente en función del oxígeno disponible.

Este fascinante descubrimiento implica un procesamiento cognitivo altamente desarrollado. Las inmersiones de las focas mostraron una fuerte correlación con los niveles de oxígeno en su sangre, sin verse afectadas por el CO₂ o el pH sanguíneo. Incluso en condiciones extremas de CO₂, hasta doscientas veces más que en el aire ambiente, el tiempo de inmersión de las focas se mantuvo constante, mostrando que la adaptación se produce únicamente en respuesta a las variaciones en el oxígeno.

Para analizar esta hipótesis, McKnight y su equipo diseñaron un entorno controlado con seis focas grises que habían sido capturadas en libertad. El tanque de prueba incluía dos áreas, una con una estación de alimentación sumergida y otra con una cámara de respiración en superficie. Manipularon diferentes mezclas gaseosas como aire normal (21% de oxígeno), oxígeno reducido (11%), oxígeno elevado (50%) y un alto nivel de dióxido de carbono (8%).

Los resultados fueron claros: las focas mostraron variaciones en su comportamiento exclusivamente cuando cambiaron los niveles de oxígeno inhalado. Con mayor concentración de oxígeno, extendieron sus inmersiones en un promedio de 14 segundos, mientras que con menores niveles, las acortaron en alrededor de 30 segundos. Por otro lado, no hubo cambios significativos cuando se expusieron a altos niveles de CO₂, lo que demuestra que las focas son realmente capaces de medir el oxígeno disponible durante sus buceos.

Los científicos sugieren que esta capacidad podría representar una ventaja evolutiva crucial para minimizar el riesgo de ahogamiento en estos animales. McKnight afirmó: "Esta forma de autorregulación podría encontrarse también en otras especies buceadoras". Investigaciones previas indican que otros animales acuáticos, como el pato copetudo, las tortugas mordedoras y cocodrilos del Nilo, podrían compartir mecanismos similares para la detección de oxígeno.

Sin embargo, expertos como Lucy Hawkes de la Universidad de Exeter y Jessica Kendall-Bar de la Universidad de California advierten que no se puede generalizar esta habilidad para todos los mamíferos marinos. Ellas destacan que la evolución ha moldeado la fisiología de las especies de manera diversa y que algunos animales podrían haber desarrollado otras adaptaciones al medio acuático o condiciones de hipoxia.

A pesar de las conclusiones alentadoras de este estudio, todavía hay muchas preguntas sobre el mecanismo fisiológico exacto que las focas utilizan para detectar el oxígeno. El fisiológico Andrew Binks de Virginia Tech ha documentado que algunos buceadores humanos llegan a reconocer el “punto de desmayo” como señal para salir a la superficie; sin embargo, cómo logran las focas interpretar esta información sigue siendo un misterio fascinante que la ciencia deberá explorar más profundamente.