El mes pasado, se aprobó la controvertida Ley de Cumplimiento Tributario, conocida como la Ley Antievasión, que promete revolucionar la forma en que los ciudadanos manejan sus finanzas.

Esta ley impactará principalmente a aquellos que superen un límite específico de transferencias bancarias, obligando a los bancos a reportar al Servicio de Impuestos Internos (SII) cualquier transacción que exceda ciertas cifras, ya sea de forma mensual o semestral.

Aurora Sepúlveda, destacada contadora y experta en Negocios y Finanzas, nos brinda detalles sobre cómo esta ley afectará a los ciudadanos. “La Ley de Cumplimiento Tributario es una normativa que ajusta las reglas del juego para los contribuyentes del país”, enfatizó.

El propósito de esta nueva ley es claro: combatir la economía informal y asegurar que todos los contribuyentes paguen sus impuestos de manera justa. “La idea es mejorar la recaudación fiscal del Estado, evitando la evasión”, añadió Sepúlveda.

Algunos de los cambios más significativos incluyen la modificación del secreto bancario, la introducción de un programa de denuncia anónima y recompensas por proporcionar información sobre delitos tributarios, así como la eliminación de la compra exenta de 41 dólares.

Sepúlveda explicó que los bancos estarán obligados a notificar al SII cuando detecten más de 50 transacciones provenientes de distintos RUT en un mes, o 100 transferencias en un semestre hacia una misma persona. Esto significa que cualquier actividad financiera que parezca sospechosa será puesta bajo el radar del gobierno.

¿A quiénes afecta realmente esta ley?

La experta aclaró que la normativa impactará a todos los contribuyentes, incluyendo individuos, emprendedores y grandes empresas. “Las empresas estarán bajo un escrutinio constante, ya que la fiscalización será más rigurosa y no solo se actuará cuando se detecte una incoherencia”, afirmó.

El papel del denunciante anónimo también es crucial: personas que informen sobre evasiones fiscales pueden recibir recompensas significativas, incentivando una vigilancia ciudadana sobre las transacciones.

Además, la ley tiene un enfoque particular en aquellos que realizan trabajos no declarados o pequeños emprendimientos informales. Si estas personas realizan transacciones frecuentes que cumplen con ciertos criterios, sus bancos notificarán al SII, facilitando el rastreo de actividades económicas no reportadas.

Este cambio legislativo está diseñado para cerrar las brechas que permiten la evasión fiscal, pero también plantea preocupaciones sobre la privacidad y el uso de la información financiera personal. ¿Estamos listos para enfrentar esta nueva era de transparencia fiscal? ¡La pregunta queda en el aire y las repercusiones son inminentes!