Los rebeldes hutíes han lanzado este domingo una considerable operación militar dirigida contra el portaaviones estadounidense USS Harry Truman y sus buques de guerra en el norte del mar Rojo. Esta operación incluyó el lanzamiento de 18 misiles y drones, todo como respuesta a la reciente ofensiva de Estados Unidos en Yemen.

Yahya Sarea, portavoz militar de los hutíes, afirmó en un comunicado televisado que "en respuesta a esta agresión, las Fuerzas Armadas llevaron a cabo una operación militar específica". La respuesta militar se produce después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, ordenara ataques aéreos contra posiciones hutíes en Yemen debido a las amenazas de estos insurgentes de intensificar sus acciones contra barcos israelíes.

Sarea argumentó que Estados Unidos realizó más de 47 ataques aéreos que tuvieron un impacto devastador en varias provincias, ocasionando lo que él calificó de "masacres", con un balance preliminar de 31 muertos y 131 heridos, la mayoría de los cuales eran civiles, incluidos niños y mujeres.

El portavoz del Ministerio de Salud de los hutíes, Anees al Asbahi, confirmó las cifras de víctimas y denunció que los ataques de EE.UU. violan el derecho internacional y afectan a los más vulnerables.

En respuesta a esta ofensiva, Sarea advirtió que "no dudarán en atacar a todos los buques de guerra estadounidenses". Además, dijo que su objetivo incluye imponer un bloqueo naval que limite la entrada de barcos israelíes en la zona, hasta que se logre un alto el fuego y la ayuda humanitaria llegue a la Franja de Gaza, que actualmente enfrenta una grave crisis humanitaria.

Las tensiones en la región se han incrementado desde que los hutíes anunciaron que reanudarían sus ataques contra objetivos israelíes si no se levantaba el asedio a Gaza, lo que ha generado preocupación internacional. Muchos observadores temen que este ciclo de violencia pueda desestabilizar aún más la ya frágil situación en el Medio Oriente, donde las paradojas políticas y las crisis humanitarias se entrelazan en una peligrosa danza de conflictos.

Este nuevo episodio militar no solo es un recordatorio de las tensiones entre Estados Unidos y los hutíes, sino que también subraya la vulnerabilidad de la región ante salas de guerra donde el precio del conflicto se paga a menudo con la vida de civiles inocentes.