Después del emotivo cierre de la Parada Militar en la elipse del Parque O'Higgins, el presidente Gabriel Boric expresó su satisfacción por el evento, resaltando: “Me siento contento de estar aquí. Los presidentes pasan, pero las instituciones permanentes permanecen. Son un valor que debemos sentir como propio. Esta fue una Parada Militar impecable, y estoy muy orgulloso de lo que vivimos y de las conversaciones que mantuvimos con los comandantes en jefe.”

En medio de la creciente preocupación por la delincuencia en Chile, la prensa no tardó en preguntarle sobre la posibilidad de desplegar fuerzas militares en diversas localidades del país. Boric fue claro y contundente en su respuesta: “Si bien las fuerzas armadas están desempeñando un papel absolutamente crucial en nuestras fronteras, las Fuerzas Armadas no están entrenadas para actuar como policías, y esto es algo que comprende todo el espectro político.”

Esta declaración llega en un momento en que la seguridad es un tema candente entre la ciudadanía, lo que subraya la posición del mandatario en favor de fortalecer la labor de Carabineros. “He tenido conversaciones al respecto con el comandante en jefe del Ejército, Javier Iturriaga, y estamos totalmente de acuerdo”, añadió Boric.

El presidente enfatizó que la responsabilidad principal en la labor policial recae sobre Carabineros y que el Ejército podría ofrecer apoyo en situaciones excepcionales, como las que se están viviendo en las fronteras y en la macrozona sur, donde la necesidad de seguridad ha aumentado considerablemente.

Frente a la pregunta de si las Fuerzas Armadas colaborarían en el futuro con Carabineros para combatir el crimen organizado, respondió: “Nunca descarto el uso de mis atribuciones constitucionales y estaremos siempre atentos a los requisitos, pero hoy estamos enfocándonos en fortalecer a Carabineros.”

La postura del presidente abre un debate relevante sobre la función de las Fuerzas Armadas en el ámbito de la seguridad pública y el papel que deben desempeñar en una sociedad que clama por un enfoque más integral y preventivo contra la delincuencia. ¿Se atreverá el gobierno a cambiar el rumbo en su estrategia de seguridad? Las respuestas podrían afectar directamente la confianza de la ciudadanía hacia sus instituciones.